Misericordia expresada con gestos y colaboración en las parroquias

El padre Marcelo Panebianco y toda la comunidad parroquial de Pinamar transmitieron el deseo de una Feliz Pascua de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, recordando las palabras alusivas del papa Francisco de que “es la fiesta de nuestra esperanza la celebración de esta certeza: nada ni nadie nos podrá apartar nunca de su amor”.

La noche del sábado, que es cuando Cristo vence a la muerte y nos une a su vida, mientras en la basílica de San Pedro el Santo Padre entrará en procesión a oscuras con el cirio Pascual para celebrar la Vigilia Pascual, a las 18 en Cariló y a las 21 en la iglesia de avenida del Libertador, en Pinamar se llevará a cabo la solemne vigilia pascual.

El domingo, la Resurrección del Señor en nuestra vida, tendrá lugar la última celebración de la Misa de la Pascua de Resurrección en San Pedro. Al finalizar, el papa Francisco dará su segunda bendición Urbi et Orbi.

En Mar del Plata, a través de diversos signos se expresa la alegría y el gozo de la resurrección de Jesucristo comenzando por la Vigilia de Pascua, el sábado a las 21, cuando monseñor Antonio Marino bendecirá el fuego nuevo, preparará el cirio pascual y el lucernario, habrá una extensa liturgia de la palabra, y se realizará la liturgia del agua bautismal. El domingo de Pascua, el obispo presidirá la misa, como lo viene haciendo desde hace algunos años, en la parroquia Cristo Resucitado, ubicada en la periferia de la ciudad, en el barrio El Martillero, precisamente en Nápoles y Friuli.

Y en Pinamar, la Santa Misa de Pascua será ofrecida a las 10, 11.30, 17.30 y 19 en San Francisco Solano de Valeria, Nuestra Señora de la Paz, Beata Laura Vicuña y de nuevo en la sede parroquial, respectivamente.

Durante la celebración del Domingo de Ramos en la Catedral marplatense, el prelado había resaltado que “los ramos benditos que llevamos deben servirnos de recordatorio y estímulo. Son un recuerdo que nos invita a seguir a Jesús en medio de la vida de cada día, con sus oscuridades y pruebas, con sus gozos y esperanzas. Aclamar a Jesús como Rey Mesías Salvador, significa entender que debemos ir por su mismo camino: por la cruz a la gloria, por el camino estrecho a la vida en plenitud, por la puerta angosta al gozo inimaginable de la resurrección”.

Exhortó especialmente “a practicar la misericordia con gestos y formas de colaboración en iniciativas parroquiales y diocesanas de ayuda a los hermanos necesitados”, a lo que refiriéndose estrictamente a los necesitados pinamarenses, el padre Panebianco añadió que esperaba que la solidaridad se canalizará a través de Cáritas local y acompañando con los rezos a los enfermos.