“Toda mi vida estuvo atravesada por la educación pública y hoy siento el deber de defenderla”

La diputada del Frente Renovador responde a los dichos de la gobernadora sobre la universidad pública con la presentación de un repudio, además, ante la Cámara de Diputados de la Nación.

Hace días, un video inundó las redes sociales y las hizo estallar en duras críticas hacia la gobernadora, María Eugenia Vidal, quien en un almuerzo, organizado por el Rotary Club de Buenos Aires, cuestionó si era de equidad el haber poblado la provincia (Buenos Aires) de universidades públicas cuando “los que estamos acá sabemos –dijo Vidal– que nadie que nace en la pobreza en Argentina llega a la universidad”. El impacto negativo que tuvieron sus declaraciones no tardó en llegar, así como también las estrategias del oficialismo por acallarlo. No es un tema menor cuando la responsabilidad de todo gobierno es la de ofrecer condiciones y oportunidades de ascenso social y sabemos que la educación es la mejor herramienta de movilidad. Así lo entiende la diputada nacional massista, oriunda de General Lavalle, que responde con datos concretos y su propio testimonio de vida. “Si los pobres no van a la universidad es porque ustedes no están haciendo lo que tienen que hacer”, objetó Marcela Passo.

–¿Una frase desafortunada expresada por la gobernadora?
–Lamentablemente, no es una frase desafortunada que dijo sin pensar; sabemos que es el pensamiento de todos los miembros de este gobierno y que ésa es la orientación de sus políticas. Porque no es casualidad que a principios de este año hayan cerrado escuelas rurales ni que estén cerrando los bachilleratos para adultos, ni que ahora también quieran ir por las universidades. Hay más: el 18 de mayo se publicó en el Boletín Oficial de la República Argentina la resolución N°1254/2018 del Ministerio de Educación, por la que limitan la mayoría de las incumbencias por título de las carreras dictadas en las universidades nacionales públicas argentinas. Por todo esto, presenté mi repudio ante la Cámara de Diputados de la Nación y lo expreso públicamente.

–¿Usted observa una intención, por parte del gobierno, de debilitar la educación pública?
–Recordemos que desde 1884 nuestro país cuenta, entre sus pilares, con la educación pública, laica, gratuita y obligatoria en los niveles primarios. Desde 2006 se determinó la obligatoriedad de la educación secundaria. Estos hechos han sido de gran ayuda para la movilidad ascendente de nuestra sociedad. Este 2018, en el Centenario de la Reforma Universitaria, debemos recordar sus principios: el cogobierno estudiantil, la autonomía universitaria, docencia libre, libertad de cátedra, concursos docentes, investigación y extensión universitaria. Está claro que la gobernadora Vidal, con sus dichos, echa por tierra todos estos logros, denostando a las universidades públicas y a los sectores más vulnerables. Quienes hemos transitado por las universidades nacionales públicas, como alumnos y/o docentes, conocemos los esfuerzos que realizan los sectores pobres y marginales para que sus hijos concurran y sean los primeros egresados universitarios de su familia.

La educación no es un gasto que deban recortar, como están acostumbrados a hacer; es una inversión que debemos potenciar y multiplicar si queremos reducir realmente la pobreza en nuestro país.

–Ocurrió algo similar, en otra oportunidad, con el presidente, Mauricio Macri…
–Claro, aunque nuestro presidente se haya referido en su momento como a una desgracia el “caer” en la educación pública, yo estoy muy orgullosa de haber egresado de ella. Asistí a la Escuela Rural N°26, de General Lavalle; sé lo que es ir a la escuela a caballo, por lo que soy muy consciente de la importancia que estas escuelas tienen para los niños de la zona, sin las cuales les sería imposible educarse.

Al finalizar mis estudios en el Colegio Nacional General Belgrano y con un esfuerzo enorme de mis padres, a quienes nunca les sobró nada, pude ir a estudiar a la Universidad Nacional de La Plata, donde me recibí de contadora pública. Toda mi vida me vi atravesada por una educación pública de altísima calidad, gracias a la cual hoy soy quien soy, y es por eso que me siento en la obligación de defenderla frente a estos agravios que buscan desprestigiarla.


Escuela rural nº 26, de General Lavalle (Marcela Passo, de niña, a la derecha de la bandera).

–¿Los datos que usted presenta revelan, contrario a los dichos de la gobernadora, la importancia de las universidades públicas en la provincia?
–La gobernadora cree que los pobres no van a las universidades, pero si realmente conociera su provincia sabría que no es así, porque en la Universidad Nacional de La Matanza el 94,2% de los estudiantes son primera generación de universitarios, en la Universidad de Moreno lo son el 91% y en la Universidad de Tres de Febrero, el 74 %. Esto sucede porque el Estado asumió la responsabilidad de acercar la educación universitaria a las zonas donde no había acceso. Un informe de 2015 (realizado por Ana María García de Fanelli, investigadora del Conicet y del CEDES, y la economista Cecilia Adrogué de Deane) muestra cómo entre 2003 y 2013 los quintiles más bajos (de menos ingresos) fueron los más beneficiados en cuanto al acceso universitario, aunque al mismo tiempo fueron los que más altos niveles de abandono tuvieron. Esto se explica porque en un sistema de educación universitaria, que alcanzó el estadio de universalización, es esperable que comience a ganar presencia el estudiante no tradicional, o sea, jóvenes adultos que trabajan y estudian, que interrumpen momentáneamente sus carreras por motivos laborales o familiares.

–¿Lo que usted quiere decir es que la solución no está en recortar lo que ya tenemos?
–Es que, si queremos mejorar la educación de los sectores más postergados de nuestra sociedad, justamente debemos fomentar aun más el acceso a nuestros niños, adolescentes y adultos. Incluyendo jardines maternales y centros de primera infancia, educación primaria, secundaria y universidad. Los centros de cuidado de la primera infancia mejoran el acceso a la educación de las madres de escasos recursos, así como el de los niños vulnerables, acortando la brecha de género entre hombres y mujeres. ¿Falta mucho? ¡Por supuesto que sí! Pero eso no sucede porque existan muchas universidades, sino porque siguen faltando oportunidades que se deben crear, otorgando becas y garantizando el acceso a los que la tienen más difícil. ¿Cómo pretende, este gobierno, mejorar la vida de las clases más bajas si no es garantizándoles una educación de calidad que permita acceder a mejores puestos de trabajo? La educación no es un gasto que deban recortar, como están acostumbrados a hacer; es una inversión que debemos potenciar y multiplicar si queremos reducir realmente la pobreza en nuestro país.

–Sus declaraciones suenan a denuncia y alerta sobre el derecho a la educación…
–Los dichos de la gobernadora y la resolución del ministro de Educación se enmarcan en un proyecto que ya ha sido puesto en práctica en países como Grecia, donde el FMI, el BCE y la Comisión Europea impulsaron procesos de ajuste sobre las universidades públicas y la educación pública en general. La aplicación de este tipo de políticas educativas, por parte del gobierno, potencia las desigualdades que encontramos en nuestra sociedad, debido a la acumulación de recursos económicos por parte de algunos sectores minoritarios y las necesidades básicas insatisfechas a las que se ve sometida una vasta mayoría de nuestra población.

–Indiscutible defensa de la educación pública…
–Esta defensa la tenemos que hacer con más razón los que vivimos en los centros urbanos importantes, como Buenos Aires, La Plata, Mar del Plata, etc. Porque todos sabemos de la necesidad del acercamiento de estos centros universitarios a nuestros pueblos. Como es el caso de la experiencia de la UBA, que tiene un centro de extensión en Santa Teresita, que ya tiene egresados. Y el proyecto de los concejales del Frente Renovador de Madariaga es traer, de la Universidad de Mar del Plata, un centro regional que abarca los distritos de Pinamar, Villa Gesell y Madariaga. Estas tres localidades persiguen este proyecto siendo los tres intendentes de diferentes banderas políticas.