Según la terapeuta Charlotte Pasquier, para que se dé el amor verdadero tan solo se necesita a dos personas que transiten en la misma dirección, esto se refiere a que sean conscientes de los deseos de la pareja. No hace falta tener la misma opinión sobre las mismas cosas, tan solo tener empatía, la habilidad de entender cómo son los sentimientos y emociones de la otra persona, aunque no sean idénticos a los tuyos. De esta manera dos personas pueden entenderse sin juzgarse. Respetando las individualidades y compartiendo lo que disfrutan ambos.
Cuando el amor es real va más allá de una atracción física, aunque también sea una parte importante. En el amor intervienen los sentimientos de mayor o menor intensidad que se sienten hacia la otra persona. Cuando existe el amor de verdad, significa aceptar a la otra persona con todos sus defectos y cualidades y superar alguna decepción que a medida que transcurre el tiempo se va dando...
Sólo sabrás que ha encontrado el amor verdadero, cuando sientas y sepas a ciencia cierta que esa persona que está a tu lado es la persona con la que quieres pasar y compartir el resto de tu vida. Si tienes esa certeza, si eres capaz de imaginarte a su lado, juntos en el futuro, entonces has de saber que probablemente hayas encontrado en esa persona al amor de tu vida.
A no confundir dentro del revuelo emocional, el amor con la pasión. Según el psiquiatra Pedro Hovart, podemos distinguir entre dos tipos de pasión. La pasión erótica, que se refiere al grado de erotismo sexual que existe en la relación, el cual es más difícil de mantener en una relación durante un largo periodo de tiempo a su vez.
El amor pasional, por otra parte, se refiere a la dependencia en la pareja, lo que incluye la autoestima de la persona en la relación. Esto puede llevar a la persona a tener ilusión o desilusión. Según el psicoanalista, este tipo de pasión “no es amor, sino que solo lo parece”
La naturalidad en la relación es un factor para tener claro que el amor es de verdad.
El deseo de amar surge de forma natural, se trata de una necesidad que surge por sí sola en todo ser humano para satisfacer parte de las expectativas de la vida. No siempre el amor es ciego, cada persona vive el amor de una manera diferente. A veces también ocurre el creer estar enamorado de una persona, pero finalmente descubrimos con el tiempo que tal sentimiento no era amor verdadero, si no que más bien todo quedó en atracción.
Hay que tener paciencia en el amor, y ser conscientes de que, cuando realmente tenemos sentimientos verdaderos, nuestras emociones se suelen estabilizar.
Generalmente buscamos a una persona ideal despreocupándonos de si realmente estamos preparados para llevar una relación seria y de si seremos capaces finalmente de tener una actitud de confianza hacia la otra persona. Ambas personas en una relación de pareja deben tratar de hacer el esfuerzo por cuidar el vínculo para que el amor real salga a flote y se pueda dar una relación estable y feliz.
Gervasio Díaz Castelli, reconocido licenciado en psicología, menciona en el Libro del Buen Amor las herramientas y condimentos para la construcción de un vínculo sano sentimental afectivo: respetar al otro, sus gustos y decisiones, eso es fundamental; no permitirse el mal trato; pelear, discutir si hace falta, enojarse pero no ser crueles, no entrar en la fragilidad del otro para ganar un combate, cuidar esa zona de dolor; eso no es parte del mundo del amor.