En la zona en donde se encuentra este proyecto hay un fuerte contraste entre la construcción y el área verde, a dos escalas diferentes:

1. El barrio, Jardim Europa, rodeado de edificios verticales, se caracteriza por ser una gran isla verde. Esta configuración se debe a los principios urbanísticos que guiaron el diseño de la subdivisión en los años 1910 y 1920.

2. Un árbol de 15 metros de altura es un hito en el número 440 de la calle Bélgica, donde se encuentra esta casa. Este pequeño lote de 230m2 contrasta con las propiedades típicamente grandes del vecindario. Su perímetro está definido por un polígono irregular de cuatro lados: sin líneas paralelas o perpendiculares en el medio.

En este vecindario, las casas suelen separar la vegetación de la construcción, restringiendo el área verde solo al exterior. Una vez dentro de las viviendas, se observa que el núcleo, completamente construido, suele ser un espacio oscuro. En este proyecto se optó por hacer justo lo contrario. El objetivo fue de alguna manera fusionarse por dentro y por fuera, mezclar construcción con vegetación. La estrategia consistió en desplegar el volumen típico en una losa fluida que se extienda del interior al exterior.

Es bastante simple como suposición, pero difícil de lograr. Esto se debe a todas las restricciones urbanísticas de la zona y al tamaño del terreno, su forma irregular combinadas con las regulaciones de construcción. Por lo tanto, este fue el desafío del estudio de arquitectura: ¿cómo desplegar un volúmen en donde parecía no haber espacio para extender algo? El resultado hoy parece claro y obvio, la geometría de las plantas de esta casa derivan del polígono irregular que la contiene, el terreno.

Naturalmente, el programa para esta casa requería cumplir con la tasa de construcción máxima, lo que significa que dos pisos se impondrían en el proyecto.

Desde la calle se accede a la cochera medio nivel debajo de la cota de vereda, en esta planta se encuentra también el lavadero. Un patio central con plantas tropicales, un estanque rectangular y el muro medianero preparado para que una enamorada del muro lo cubra se convierte en el eje central de esta vivienda. Todos los espacios con paredes de vidrio dan a este jardín interno. En el primer nivel de un lado el estar comedor y en el contrafrente la cocina y el comedor que se comunican también con un jardín triangular que queda en el fondo del terreno.

La escalera nos lleva al siguiente nivel donde se ubican dos dormitorios y la suite principal. Corona la casa una lindísima terraza con zona de relax y zona de asados. Mezclar el interior y el exterior o caminar por la casa como si se estuviera en la punta de un árbol es la sensación permanente al habitarla. La vivienda se encuentra en Brasil, los arquitectos responsables del proyecto pertenecen a SPBR Arquitetos, tiene un área total de 372 m² y las fotografías pertenecen a Nelson Kon.

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