Muchas veces a pesar de que pueda existir un área de Recursos Humanos en una empresa u organización, se decide contratar los servicios de una consultora o profesional externo que asesore en diferentes cuestiones del área.
En general se recurre a contratar un servicio de este tipo cuando se busca lograr resultados implementando nuevos sistemas y procedimientos, se decide agregar valor en el proceso al sumar a personas con experiencia probada y práctica y se desea contar con un punto de vista objetivo y desinteresado de quien tiene acceso a fuentes de información valiosas desde donde iniciar el reclutamiento.
El proceso de selección de personal es un procedimiento esencial para cualquier empresa y consiste en la elección de los profesionales que han de ocupar los puestos vacantes en la empresa. Por ello, debe ser realizado de manera objetiva y exhaustiva y por profesionales cualificados para ello. Y una consultora externa es habitualmente la opción ideal.
Para lograr buenos resultados trabajando con una consultora hay varias cuestiones a tener en cuenta.
En primer lugar, es fundamental que haya claridad en los objetivos y resultados deseados y una planificación detallada en cuanto a tiempos, reportes, monitoreo, etc.
Un tema importante también es el que se refiere a costos. Estos van a depender de cuestiones tales como el alcance del trabajo, el tiempo que pueda insumir y los honorarios y gastos de la consultora.
Los procesos de búsquedas incluyen dos etapas claves que son el reclutamiento y la selección del personal.
El reclutamiento es el conjunto de procedimientos orientados a atraer candidatos potenciales calificados y capaces de ocupar cargos dentro de la organización. Pero, ¿es lo mismo el reclutamiento que la selección? Definitivamente no. El reclutamiento es la convocatoria de candidatos. Implica la divulgación de modo de atraer de manera selectiva a los candidatos que cubran los requisitos mínimos para las posiciones que se requieren. Como todo proceso de este tipo, hay que generar una propuesta que atraiga a los mejores candidatos para el puesto buscado. Y el proceso será eficaz si logra atraer a una cantidad de candidatos suficientes para abastecer de modo adecuado el proceso de selección.
La segunda instancia es la selección. En esta etapa se eligen y clasifican los candidatos que tengan mayor probabilidad de adaptarse al cargo o posición que se está necesitando cubrir y así satisfacer las necesidades de la organización y del perfil.
Y sin dudas, la entrevista es el factor que más influye en la decisión final respecto de la aceptación o no de un candidato al empleo. Debe ser dirigida con gran habilidad y tacto para que realmente pueda producir los resultados esperados. Permite obtener información del candidato respecto a sus actitudes hacia el trabajo, el equipo, los incentivos, su disponibilidad horaria, inconvenientes, etc. Es también una evaluación de sus capacidades para desenvolverse en el trabajo incluyendo situaciones límites, estresantes o difíciles.
Dada la importancia de esta instancia, la capacidad del entrevistador también es fundamental. Y en este sentido, la participación de un profesional calificado, experto y que domina las diferentes técnicas y estrategias para abordar una entrevista de este tipo es determinante.
Hay dos cuestiones que deben priorizarse durante la entrevista, el conjunto de información que el candidato suministra de sí mismo y evaluar su comportamiento y reacciones. Es importante también que la entrevista se de finalizada con claridad y se le brinde al entrevistado una orientación sobre cómo serán los pasos a seguir o de qué manera continuará el proceso.
Posteriormente se realiza la evaluación del candidato, analizando los puntos favorables o positivos y aquellos menos favorables respecto del perfil y descripción del puesto, ya sea a nivel de sus conocimientos, experiencia, competencias y expectativas.
De aquí surgirán los candidatos que formarán parte de la terna finalista que será evaluada con mayor profundidad, incluyendo evaluaciones psicológicas.
Siguiendo el proceso, siempre existe la instancia de negociación antes de que el candidato acepte la oferta final. Esta etapa puede ser más o menos difícil de acuerdo a la distancia que exista entre las pretensiones del candidato y la oferta y condiciones que la organización le propone.
Finalmente, se produce la incorporación del nuevo personal a la organización. Es ahí cuando comienza otro proceso que puede ser un factor clave para que la persona que ingrese pueda sumarse de manera adecuada al equipo, que se adapte rápidamente a la cultura de la organización, que tenga claros sus objetivos y pueda asimilarse de manera efectiva a la red que implican las relaciones interpersonales y laborales en toda organización.