Por Gustavo Nuñez
Por iniciativa de Pinamar SA, este lunes 22 de mayo a las 18 hs en Playas Hotel, comienza un ciclo que tiene por objeto, movilizar a los pinamarenses sobre el lugar que los vio nacer, y a los argentinos y extranjeros que, por adopción, la eligieron para vivir, donde en una verdadera tormenta de ideas, se pondrá en funcionamiento el debate abierto de pensamientos estratégicos hacia el urbanismo creciente, hacia su relación con la naturaleza y el paisajismo, hacia la tecnología como herramienta de crecimiento sustentable, y hacia un proyecto cultural que, sobre los aportes hasta hoy logrados, se convierta en una estructura que le de valor agregado a su industria madre, el turismo. En este primer encuentro, Fabio Quetglas, director de la Maestría en Ciudades (UBA) Facultades de Económicas, Ingeniería y FADU, Mg en gestión de Ciudades (Universidad de Barcelona) y actual Diputado Nacional, compartirá miradas sobre temas tecnológicos, develando esta suerte de tradición popular en donde todos estamos anclados en la especulación, en la creencia de que la IA (inteligencia artificial) viene a usurpar puestos de trabajo, y esta hipótesis infundada, está siendo refutada, ya que la historia está demostrando que la incorporación de la nueva tecnología acompañada de una adecuada plataforma cultural, está generando mayor riqueza y mayor desarrollo. El debate seguirá con las realidades sociológicas y con la planificación urbanística de las ciudades del futuro, donde los pinamarenses, tendrán la oportunidad de hacerse escuchar.
En momentos de una de las mayores crisis que ha atravesado nuestro país, en instancias del desánimo que agobia y del escenario institucional que se desmorona, Pinamar, con su bendecida tierra, por visionarios de entonces y, por gestiones que fueron gradualmente en la búsqueda inquietante por la calidad de vida de sus habitantes, no puede bajar sus brazos y, en un contrato social mancomunado y solidario, debemos honrar y agradecer el paradójico dolor de la pandemia del encierro, que finalizó con una feliz migración exponencial hacia esta tierra. Esta fusión de compatriotas ha generado un paradigma cultural en Pinamar. Los “recién llegados”, no vinieron en busca de un Estado paternal que los financie, sino con la certeza de poder proyectar futuros ajenos a la toxicidad de la urbe, castigada por las décadas infames pasadas que han pisoteado dos derechos humanos fundamentales: El derecho de un niño a sus alimentos básicos y el derecho de un jubilado, al reposo digno de un guerrero.
Mientras en otros rincones de nuestro querido país, señores feudales intentan perpetuarse en el poder, en nuestros pagos, a pesar de haber recibido también los coletazos de la incompetencia y la desidia pueden visualizarse futuros tangibles, debatiendo a cielo abierto en un torbellino de ideas la ciudad que queremos y merecemos tener.
Desde esta columna, que está cumpliendo un año de vida, he sostenido que, un proyecto cultural estratégico es el que va a determinar nuestro futuro y, hoy vuelvo con la misma coherencia a insistir con el mismo y probablemente cargoso concepto: Fuimos bendecidos para continuar diseñando una ciudad, en donde, la naturaleza y la cultura, deben honrar en coexistencia armoniosa, a las voces demandantes de una Pinamar con talentos, que aspira a seguir creciendo.
Bienvenido sea entonces, “Pensando Pinamar”, como un principio de ejecución de torbellino de ideas, para que, desde la iniciativa privada y pública hagamos de esta ciudad, legada por los Pioneros, un lugar para sembrar utopías y cosechar felicidad.