6 consejos para elegir mejor tu próximo celular

Desde su aparición en 1984 de la mano de Motorola y su DynaTAC 8000X, los teléfonos celulares han estado en continua evolución y, más aún, desde fines del Siglo XIX y principios de este cuando, a la facilidad de transportar un teléfono a todos lados, se le agregaron las posibilidades de sacar fotos, acceder a internet, chequear el mail o las redes sociales, jugar videojuegos y miles de cosas más que cambiaron por completo el paradigma de los celulares.

Ante esta vorágine, la compra de celulares no suele ser sencilla, ya que a un “último modelo” muy pronto lo reemplazará uno nuevo con mejores características o, incluso, ya existen en el mercado teléfonos con similares características y a un menor precio. Por eso, es importante saber qué debemos tener en cuenta para elegir mejor nuestro próximo Smartphone a un precio razonable.

El procesador

Si buscamos un teléfono celular ligero y que no se tilde mientras lo usamos, el procesador es clave ya que es el cerebro que permite, justamente, procesar el funcionamiento del teléfono. Lo importante a chequear en este punto es la cantidad de núcleos que tiene el chip para garantizarnos una mayor velocidad de procesamiento: lo más común es encontrar en el mercado de 2 o de 4 núcleos.

La RAM
La memoria de acceso aleatorio (RAM, del inglés Random Access Memory) se encarga de almacenar los datos a corto plazo que, es posible, las aplicaciones demanden su utilización. Si tenemos muchas aplicaciones, la utilización de la RAM será mayor y, en caso de no tener capacidad, es posible que no podamos acceder a ciertas apps, por eso, es recomendable elegir celulares liberados con memorias de 8 o más gigabytes de memoria.

El almacenamiento
El sistema operativo, las aplicaciones e, incluso, las fotos, videos y documentos van a parar al disco duro del celular y, aunque es posible almacenar algunos archivos en la nube o ir descargando la información en desuso a otro ordenador, lo cierto es que lo más cómodo es llevar todo en el mismo dispositivo para acceder a los que buscamos cuando queramos.

Por eso, una buena capacidad de almacenamiento es importante si somos de tomar muchas fotografías y videos, o de trabajar con la recepción y el envío de archivos, ya que resulta fastidioso el aviso de que nos queda poco espacio de almacenamiento, a la vez que disminuye el rendimiento del teléfono.

La cámara
En la actualidad, la cámara se ha convertido en uno de los principales motivos por los cuál elegimos uno u otro teléfono celular y aunque cada vez hay cámaras más sofisticadas, un error muy frecuente a la hora de elegir un teléfono en base a la cantidad de megapíxeles que tiene su cámara. Claro que no está mal optar por uno que tenga muchos megapíxeles, sin embargo, lo que más debemos tener en cuenta en torno a la cámara es el tipo de lente que posee.

Aunque cada vez es más común, es importante chequear que la cámara posea un lente gran angular y un lente macro que nos permitan tomar fotos en un amplio espectro de visión o, por el contrario, a los detalles de objetos pequeños.

La pantalla
Aunque puede no ser lo más importante, la primera impresión de un celular nos la dará el tamaño de su pantalla. Claro es que cuanto mayor tamaño podamos manipular, mejor será. Sin embargo, hay otras cuestiones a considerar.

Una de ellas es si la pantalla cuenta con tecnología LCD u Oled, siendo esta última la que ofrece una mejor calidad de imagen. También es importante tener en cuenta la resolución de la misma, siendo QHD+ la que marca la tendencia.

La batería
De nada nos sirve un teléfono celular si no tenemos batería para utilizarlo. Por este motivo, asegurarnos que cuente con una fuente de energía que nos permite darle el uso que requerimos durante buena parte del día es esencial. Es así que lo recomendable es que cuente con una batería de, al menos, 4.000 mAh.

Sin duda, la elección también estará condicionada por el dinero que tengamos en mente gastar y la utilidad que vayamos a hacer del móvil, sin embargo, no perder de vista estas cuestiones permitirán hacer una elección más racional y acorde a lo que necesitamos.