8 de marzo, Día Internacional de la Mujer

Por Amanda Paulos
Bióloga, docente, observadora de fauna silvestre

Desde 1911, hace ya más de un siglo, se conmemora en casi todo el planeta la lucha de la mujer por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona. El 8 de marzo de 1910, después de órdenes y contraórdenes, por fin las mujeres pudieron matricularse por primera vez, en igualdad de condiciones que el hombre, en la Universidad de Madrid. Fecha ésta bastante temprana en comparación a otras naciones europeas: la mujer no pudo acceder a la Universidad de Cambridge en Inglaterra hasta 1947.

Cuando pienso en una mujer luchadora excepcional, pienso en Hellen Keller (1880-1968), no suficientemente conocida hoy día. No obstante sus condiciones naturales extraordinariamente desventajosas: sordo-ciega, por lo tanto incapacitada para hablar y relacionarse por sus sentidos con el ambiente que la rodeaba, no solamente logró ser igual a una mujer dotada de todos los sentidos, sino que descolló en lo social, cultural y académico a pesar de su disminución orgánica, secuela de una enfermedad que padeció a los 19 meses. A los 24 años se graduó en la Universidad de Radcliffe y devino en oradora, escritora y activista política estadounidense sorda, ciega y poderosa gracias a la ayuda de Anne Sullivan, quien al momento de recibirla como su alumna tenía tan sólo 20 años. Ese primer encuentro resultó en una amistad de casi medio siglo y significó un punto de inflexión en la ejemplar vida de Hellen Keller. Anne pudo enseñar a Helen a pensar inteligiblemente y a hablar tocando los labios de otros mientras hablaban, sintiendo las vibraciones, y deletreando los caracteres alfabéticos en la palma de la mano de Helen, quien también aprendió a leer francés, alemán, griego, y latín en braille. Para saber algo más sobre su obra podemos leer su autobiografía, La historia de mi vida, o ver las películas Ana de los milagros o Hellen Keller in her story.

Hubo y hay muchas otras mujeres ejemplares; hacer una lista de tan sólo unos cuantos nombres sería injusto, en especial con cada una de las mujeres que todos los días, en todo el mundo, contra toda dificultad, son también íconos de superación y fortaleza.