Acerca de la renuncia del doctor Pablo Zenón

El conocido médico deja la dirección del Hospital Comunitario. Repasa parte de sus logros, rememora la acusación de Propin y sobrevuela los motivos de su alejamiento.

Luego de su alejamiento de la función pública, el doctor Pablo Zenón vuelve a la vida social, al ritual de cultivar sus amistades y a no mirar insistentemente la hora luego de tomar un café. Con su clásica forma campechana de expresarse y una entonación correntina, el médico cuenta parte de sus logros y se refiere a su alejamiento.

–¿Cuáles han sido tus logros a lo largo de tu gestión?
–Yo ya venía como jefe de Emergencias con un estrés bastante importante. Asumí luego el rol de director general con la conducción de ambas direcciones, donde se incluía Zoonosis y Bromatología. En fin, todo lo que se relaciona con Salud. Como en todas las áreas de la Municipalidad, nos hemos encontrado con muy pocos recursos, faltante de elementos materiales, de equipamientos médicos como para trabajar y darle la prestación que necesita la población de Pinamar dentro de nuestra complejidad. Si bien teníamos algo de recursos humanos, apuntamos a mejorar en este aspecto buscando que sea calificado, sobre todo en Pediatría, donde hemos tenido un gran déficit pero tratamos de subsanar esa carencia. Tratar de que los profesionales se radiquen en Pinamar es una tarea muy difícil, máxime si tenemos en cuenta que hay pocos profesionales en el país. Ha sido una tarea ardua pero hoy podemos decir que tenemos un plantel de Pediatría muy bien formado. Jerarquizamos Cirugía y llegamos a obtener un premio, hace tres años, en el Congreso Nacional de Cirugía, con un trabajo de mediana complejidad, que se hizo en el hospital junto con Terapia Intensiva. La primera tarea fue jerarquizar cada servicio. Luego, se trabajó en el equipamiento, llámese una mesa de anestesia nueva, una mesa quirúrgica nueva, un ecógrafo nuevo, entre otros. Son elementos que le permiten al médico trabajar más cómodo. Andábamos siempre con las ambulancias en la ruta, derivábamos a hospitales de mayor complejidad cosas que hoy se pueden resolver en el hospital local. El beneficio lo tienen tanto el paciente como sus familiares, ya que hay que analizar todo lo que conlleva una derivación, que tiene sus costos.

–¿Con qué resultado?
–Como resultado hemos reducido en un 80% las derivaciones, tanto quirúrgicas como ginecológicas; en lo que no pudimos mejorar tanto fue en las derivaciones traumatológicas, que son más complejas y se necesita otro equipamiento, prótesis. Fuimos trabajando entre todos, incluso con el personal anterior, que estaba un poco desanimado para trabajar porque tenía un director nuevo cada seis meses y un secretario de Salud cada tanto; entonces, no había una estabilidad laboral, no había un lineamiento; había empleados que no sabían a quién responder. Por eso se organizó y se alentó al personal acerca de sus potencialidades. Dentro de los cambios puedo decir que hoy tenemos un sistema de facturación con el que antes no se contaba.

–Siempre se ha evidenciado un compromiso muy grande con tu trabajo.
–Yo he trabajado intensamente y por ahí me he ido desgastando. Personalmente, creo que uno entra en un círculo vicioso de trabajo, se vuelve obsesivo y cada vez se va comprometiendo más con el trabajo.

–¿Cuál es tu especialidad?
–Yo soy especialista en terapia; hice medicina general, primero, y después, terapia intensiva. Es una herramienta donde uno sabe tratar a pacientes cardiológicos, uno sabe de un electro, infecciosas, posoperatorio, recuperatorio, una especialidad que abarca los cuidados críticos…

–En su momento, desde un partido político se cuestionó que administraras anestesia a los pacientes. ¿En qué quedó esta acusación?
–Uno está capacitado para ejercer esa práctica. Propin directamente hizo una demanda en la Justicia; han pedido informes a la Federación Argentina de Anestesia y Reanimación, a mi colegio médico… a lo mejor ellos no sabían qué tipo de anestesia realizaba. Yo realicé anestesias en un momento en que no había un anestesista a 150 km a la redonda; no es que tenía uno en General Madariaga o Gesell: no había, directamente, y la urgencia determinaba que tenía que hacerlo en ese momento. Por ejemplo, si yo trasladaba a un paciente a Mar del Plata, además de no tener lugar, corría un alto riesgo de un deceso. Ellos decían que eran operaciones programadas, y no es así. He operado con el doctor Fernando Hermida, un profesional con una trayectoria intachable.

–¿Una vez que se expidió el colegio al que vos pertenecés llegó algún pedido de disculpas por parte de quienes te acusaron?
–No, de ninguna manera. Los primeros que tuvieron la respuesta fueron los del Concejo Deliberante y nunca me han llamado para pedir disculpas por este tema. Todavía está en manos de la fiscalía. El fiscal pidió todos los libros de anestesia, fotocopias de la historia clínica de los pacientes, mi CV; en fin, todo lo que nos han solicitado. Quizás se han apresurado y creo que hubo una clara intencionalidad política, donde yo quedé en el medio. En mi especialidad, terapia intensiva, nosotros realizamos anestesia bastante seguido. Para poner a un paciente en un respirador, uno tiene que dar anestesia, que es la misma técnica y farmacología que se utiliza, por lo general, en las intervenciones.

–¿Se puede saber a qué ha obedecido tu renuncia?
–Las diferencias que he tenido con el secretario de Salud, por mi forma de trabajar, las charlamos personalmente y quedan entre nosotros. Somos amigos y ya hemos trabajado antes pero no por eso uno tiene que hacerlo en discordancia. Él quizás es más político. Yo me he manejado con libertad al prestarme a hablar con todos los medios, incluso aquellos no tan cercanos al gobierno. Eso quizás molestó. Uno está para dar respuestas. Recordemos que el que calla otorga. Fue así como pedí un reemplazo. Sé que le han ofrecido el cargo a varios de mis compañeros. Ahora pienso que, si en mi lugar han puesto a tres directores, algo debo haber trabajado.