Por Teresa Geerken
Licenciada en psicología
Hace algunos años en el diario La Nación se publicó una nota bajo el título Cómo afecta la crisis a las parejas jóvenes que acaban de constituirse.
Dos psicólogas, Cecilia Beñatena y Florencia Biotti, coordinaban un taller llamado La pareja joven en tiempos de crisis. Ellas comentaban que son tiempos difíciles para construir y cimentar una relación. Como ya lo he mencionado, los primeros tiempos de la relación son los que constituyen las bases de la pareja. Ellas comentaban que ante la adversidad económica “hay más posibilidades que se pierda el sentido de la unidad y de acumular tensiones por la imposibilidad de realizar proyectos”.
Pero quizás lo más complicado radica en la dificultad de delimitar la crisis, para que no afecte la intimidad: los problemas se meten por la ventana, la televisión, la radio, los diarios, en la boca de la gente… El fenómeno se ve potenciado por el fenómeno comunicacional al que hoy asistimos y del cual formamos parte.
Cómo marcar un límite, para que no perturbe el hogar, para que la incertidumbre del afuera no nos colme el adentro. Pero hay muchas variables que pueden jugar en la situación económica. Como el tema de la ganancia de dinero, y la distribución del trabajo en la casa. Qué pasa cuando se pierde el trabajo. Cuando uno de los dos no lo tiene. O en el caso en que la mujer tenga una ganancia mayor.
En nuestra cultura, lamentablemente, se está acostumbrado a que el hombre sea el proveedor, “quien trae el dinero al hogar, y la mujer trabaja para colaborar”… Digo lamentablemente porque esto nos habla, por un lado, del pensamiento desigual que sigue existiendo, y, por el otro, de la carga que constituye para el hombre ser el que debe tener el dinero “fuerte”, tanto si no tiene trabajo, como si en un momento de la historia de la pareja es quien gana menos. Afecta directamente la autoestima del hombre. Y esto se siente en la pareja.
También hay que tener en cuenta que, si hay problemas económicos, deben controlarse más los gastos, y a veces se generan discusiones por cosas que antes no se discutían.
Podríamos pensar qué hacer ante estas situaciones; en pareja, el diálogo es más que importante, y en estos momentos hay que estar abiertos a él. Intentar mantener los tiempos libres en pareja o familia, aunque sean salidas que no signifiquen gastos económicos, como ir a pasear, a caminar, etc. Mantener la intimidad es muy importante. Tratar de buscar los espacios para compartir con los amigos, y gente que queremos, y podemos pasar buenos momentos con ellos. Si se observa que hay dificultades para entenderse, se puede buscar a un profesional que los ayude.