¿Cómo era El Tuyú hace unos miles de años?

Donde está el mar había llanura; donde estuvo el mar hoy hay humedales.

Entre la Ruta 2 hasta unos cientos de metros mar adentro, las ingresiones y las regresiones marinas fueron cosas de todos los días… al menos para los arqueólogos, los paleontólogos o los geólogos, que están acostumbrados a hablar en términos de millones de años. Para los curiosos en el tema hay varios museos en la región que abundan en fósiles que caminaron los lugares por los que hoy nosotros lo hacemos, y científicos capacitados para ilustrarnos en el tema: en el Museo Tuyú Mapu de Madariaga, en el Museo Regional Municipal de Historia y Ciencias Naturales de La Costa, en el Museo Municipal de Mar de Ajó, dirigido por el licenciado Diego Héctor Gambetta, siempre abierto a preguntas y visitas.

En su último libro, Los Mamíferos Fósiles del Tuyú, Diego nos cuenta sobre las invasiones marinas en la zona, sobre el intercambio de grandes y pequeños animales en el continente americano, sobre el apogeo y la extinción de algunas especies, sobre los cambios climáticos y las extinciones masivas, sobre las sociedades indígenas y la megafauna con la que coexistieron hace unos 7 mil años. También sobre la formación actual de la costa hace solamente unos 4 mil años. En base a restos fósiles dispersos sobre nuestras costas nos cuenta sobre muchas especies de mamíferos que habitaron estos lares: algunos marsupiales, dotados de una bolsa abdominal donde las crías concluían su desarrollo; el mylodon, un perezoso de 4 metros de largo; grandes acorazados entre los que estaban los gliptodontes, con caparazón rígido, algunos de los cuales alcanzaron los 4 metros de largo; el hippidion, un representante del grupo de los caballos que sirvió de alimento a los primeros habitantes tuyuseros. En su libro recuerda a Ameghino, Darwin, Faulkner, Owen y otros reconocidos científicos que estudiaron hace un par de siglos lo que Diego estudia y sobre lo que capitaliza sus conocimientos hoy. Hace también una interesante propuesta sobre la historia evolutiva de los humanos en América, y no olvida a los mamíferos adaptados a vivir en el océano. Agrega algunos mapas que nos indican que hubo desierto donde hoy es pampa húmeda, y agua donde hoy hay dunas…

La Naturaleza es afanosa, ella no pide permiso. El hombre quizás, en su delirio de grandeza, cree que sus acciones son más importantes para el ambiente de lo que este interesante relato científico parece demostrar. La Naturaleza trabaja, y permanecen los que se adaptan, a los demás no perdona. Hace miles de años paseaban elefantes a 200 kilómetros al este de donde vivimos hoy, había caballos enanos sin domesticar, bravos tigres dientes de sable y humanos, de quienes en alguna caminata vemos que el océano nos trae restos petrificados con un mensaje para descifrar.