Conservación y turismo: nuevo paradigma del desarrollo sustentable

El desarrollo de un destino turístico está en consonancia con la calidad de su entorno ambiental.

El mundo ha asistido a un cambio en sus ideas sobre el ambiente natural y su conservación. Hace dos siglos prevalecían las ideas del preservacionismo, es decir, proteger espacios con gran valor escénico de las actividades humanas.

A comienzos del siglo pasado –décadas del 20 y del 30–, los aportes de la ecología sobre el conocimiento del funcionamiento de los ecosistemas permitieron repensar esa exclusión del ser humano en los espacios naturales.

A partir de la década del 70 las políticas en relación con el ambiente natural privilegiaron el uso sustentable de los recursos, entendiendo por ello conservar el paisaje permitiendo el uso racional del recurso. Esto significó el cambio del paradigma preservacionista por el de desarrollo sustentable incorporando la participación activa de la sociedad.

En este camino, el primer documento oficial generado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Argentina se enfoca en la definición de las siguientes estrategias de desarrollo turístico sostenible:

  • una estrategia de desarrollo sustentable debe estar siempre alerta a medir sus efectos negativos a fin de reducirlos o minimizarlos. Generalmente son producidos por el turismo masivo y multitudinario que afectan sobremanera el ambiente y las comunidades involucradas.
  • advierten sobre la necesidad de establecer límites al crecimiento para no comprometer los procesos de la naturaleza, de tal maneraque no se supere la posibilidad de renovación de los servicios ecosistémicos, entendidos estos como las funciones que hacen posible la vida en la Tierra.
  • alertan sobre la necesidad de contar con gestores públicos o privados que pongan en práctica los principios del desarrollo sostenible y que controlen los procesos y definan los ajustes necesarios y suficientes para lograr la sostenibilidad.
  • consideran que, a pesar de los esfuerzos que organismos internacionales pueden hacer para difundir estos preceptos, si no se cuenta con la colaboración y compromiso de los actores locales no se podrán alcanzar los objetivos del milenio con el solo apoyo de la faz declarativa.

Por lo tanto pensar hoy en el turismo sustentable es pensar en una forma diferente de gestión de la actividad que satisfaga a las comunidades implicadas, tanto sea la comunidad anfitriona como la visitante, que fomente y proteja oportunidades locales para el futuro y que mantenga su rentabilidad como actividad económica, protegiendo el patrimonio natural y cultural involucrado.

Comprender las variadas relaciones que se pueden dar entre los tres pilares de la sostenibilidad da cuenta de la importancia de este nuevo enfoque.

La relación sociedad-economía en un territorio turístico nos remite al concepto de desarrollo endógeno o en territorio, donde la economía se nutre de la sociedad local para su crecimiento. Tal vez sea un crecimiento más lento, pero permitirá al conjunto de la sociedad local adaptarse a los cambios producidos por la demanda turística y por el proceso de crecimiento urbano que conllevan los desarrollos turísticos con el paso del tiempo.

La relación Economía-Ambiente se sostiene en el tiempo a partir de internalizar, dentro del proceso económico, la variable ambiental como un elemento primordial en la presentación del producto turístico global. La variable ambiental determina la calidad del producto consumido o de la oferta turística que entra al mercado para ser consumido por los turistas.

Por último, el binomio sociedad-ambiente expresa la necesidad de que la comunidad anfitriona conozca y valore su propio patrimonio para ayudar a su conservación y protección. Independientemente del turismo como actividad en la que se comparte entre residentes y turistas los valores de los recursos motivadores de las corrientes turísticas, su reconocimiento es previo a cualquier acción de cuidado y preservación. Esto también favorece a la concientización por parte del turista de los valores naturales y culturales que atesora cada destino.