Crecer con el recién llegado

Escuché a unos padres preocupados por el comportamiento de su hijo. Por cambios que se dieron en él.

Ahora llora, grita, está rebelde, contesta. La mama tenía en brazos a un bebé de pocos meses… Pregunto por los cambios en la familia, además de lo obvio (él bebé), y me dicen que no.

Me pareció que era un buen tema para abordar; pasa en muchas familias, y a veces no saben cómo abordarlo.

Qué se puede decir. Creo que, si nos ponemos en el lugar del niño, al que le nació un hermano, entenderemos un poco cómo se siente. Hijo único, o el menor hasta ese momento; toda la atención giraba a su alrededor; su mamá o su papá eran para sí solamente. Era el más chico, el consentido. Ahora, de repente, porque mientras está en la panza está todo lindo, nació, llegó a la casa y cambió todo: mamá pasa muchas horas con él, está siempre a upa, toma pecho, duerme en su habitación, mucha gente viene a conocerlo, le dan regalos, y le hacen upa. Salvando distancias, es como si, de repente, la esposa trajera un nuevo marido a la casa y le dijera al actual: “Adaptate, él se queda también”.

Entonces qué podemos hacer. Esto depende en parte de la edad que tiene el ahora hermano mayor. Encontré en internet algunos consejos, o tips; estos se asemejan a lo que yo considero que puede hacerse.

Una cosa que se puede hacer es dejar que tu hijo mayor ayude. Entonces se sentirá parte del cuidado del bebé; la atención de la mamá no estará solamente en el bebé, y no tendrá que escuchar: “Esperá, que tengo que hacer tal cosa con tu hermano”. Por ejemplo, cuando bañes al bebé, quizás quiera enjabonarle las piernas. Seguro que le gusta que lo envíes a buscar pañales. Cuando el bebé llore, pedile que le dé palmaditas suaves en la espalda o que le hable en voz baja. Si quiere sujetarlo, ponelo junto a vos y dejá que comparta al bebé mientras éste reposa en tus piernas, pero mantenete atenta. Puede que se aburra en unos pocos segundos y trate de quitarse al bebé de encima, no porque quiera hacerle daño, sino porque puede pensar que es sólo un juguete.

Podrían también dejar que sea él quien entretenga al bebé. Los niños de entre 1 y 3 años suelen tener una idea bastante clara de cómo divertirse: les gusta cantar, bailar o hacer piruetas, y los bebés son un público muy agradecido. Tu pequeño no sólo gozará con la atención que le prestás, sino que probablemente se sienta orgulloso de poder hacer reír a su hermano. Ponelo en tus piernas o a tu lado y pedile que cante con vos o aplauda al bebé.

Si tu hijo mayor ya tiene 2 años o más, podés pedirle consejos para hacerlo sentir importante. Por ejemplo, le podés preguntar: “¿Creés que al bebé le gustaría la ropa amarilla o azul?”. O: “¿Querés ayudarme a leerle un cuento?”.

Leerle cuentos sobre bebés puede ayudarlo a adaptarse a la nueva situación. También podés hacer un álbum sencillo con fotos del pequeño y el bebé. Añadí fotos de otros miembros de la familia y un texto sencillo. Si tu hijo ya tiene más de 2 años, pedile su opinión. Pregúntale qué fotos le gustaría incluir o qué palabras quiere usar para describir las imágenes.

También es importante reconocer sus sentimientos. En estas situaciones, es normal que un niño sienta cosas muy diversas sobre el cambio que se ha dado en la familia. Después de todo, ahora tiene que compartirte con alguien que exige extraordinaria atención y tiempo. En lugar de reprenderlo, hacele ver que lo comprendés: “Parece que te sentís triste ahora. ¿Querés un abrazo o que te lea un cuento?”. O: “¿Te duele que, a veces, cuando querés hacer algo conmigo, yo tengo que atender al bebé?”. Es posible que todo lo que necesite sea que le dediques un poco de tiempo para escucharlo.

Pasá un poco de tiempo cada día con tu hijo mayor, aunque sean sólo unos pocos minutos, dibujando o jugando con lo que quiera. Estos momentos lo hacen sentirse especial y le recuerdan que también sos su mamá, no sólo la del bebé. También, si se cuenta con la ayuda de alguien, para cuidar al recién nacido. Se pueden hacer salidas a solas, como ir al cine, a la plaza, o a algún lugar que le guste.

Si tu niño no quiere involucrarse con el bebé, no lo fuerces. La manera en que muchos niños se adaptan a la nueva situación es “ignorando” a sus hermanitos, al menos durante un tiempo. No le exijas que juegue un papel mayor de lo que él desea. Ya se irá acomodando a la situación.

Tratar de entenderlo más, darle un tiempo para que se adapte, a veces es difícil, nos sobrepasan las situaciones. Pero, apostando al amor, se podrá superar.