“Creo que nos espera un largo invierno”

La frase es de la titular de la entidad que nuclea al comercio local, María Cristina Malegni, ante una temporada incierta y con una carga tributaria a contramano.

La presidente de la Cámara de Comercio de Pinamar, María Cristina Malegni, hace foco en la temporada que se diluye, de la mano de la situación económica y el clima irregular, que no es el más propicio para las actividades de playa y al aire libre.

Al ser consultada por los efectos de la merma en las ventas, afirma: “Tiene un impacto directo sobre el comercio, además de la gastronomía y la hotelería. Tampoco hemos tenido un enero brillante, por lo cual creo que nos espera un largo invierno. La falta de trabajo y de oportunidades incide en el aumento de la delincuencia. Ha sido una temporada donde las ventas han sido bajas. De hecho, llamativamente las liquidaciones comenzaron en Pinamar desde muy temprano, algunas en el orden del 50%. Estoy hablando de marcas que están todo el año, porque el negocio que viene y se instala en diciembre y se va en marzo, no creo que se lleve grandes beneficios. Yo diría también que deberían tener más en cuenta al comercio que deja sus puertas abiertas durante todo el año porque, realmente, aquel que se queda, hace patria. Y, reitero, lo digo por el comercio, la hotelería y la gastronomía, hay que mantener un restaurante abierto sin que trabaje”.

Malegni repasa los casos de aquellos comerciantes que tienen que consensuar con su personal las condiciones propicias para seguir adelante sin despidos. Sin dejar de lado aquellos que de un día para otro prescindieron de todo el personal promediando enero. Por lo tanto, el ojo del entendido no se sorprendió al ver luego de la primera quincena largas filas en las oficinas del Correo Argentino de personas “enviando los clásicos telegramas de renuncia”.

“Ya venimos de un año duro y esta temporada hubo supermercados que hicieron 15% menos de tickets y de recaudación un 20% menos, con respecto al año pasado, que ya fue malo. Hay casos que han tenido que cerrar por los costos del invierno porque son responsables inscriptos; la Seguridad e Higiene la tienen atada a Ingresos Brutos y son importes imposibles de pagar. Estamos hablando del dueño de un balneario, los hoteleros o los gastronómicos pero también hay que pensar en la gente común, porque no resiste más y porque está muy enojada con el tema del aumento y la falta de contraprestación. En realidad no puede más. Pareciera que no pero hubo un aumento del 30% que empezó a impactar en agosto; ahora este nuevo que dieron y sobre el que, por supuesto, mi voto fue negativo”, profundiza su reflexión.

Para Malegni el aumento tendría que ser cero y no entiende cuál es la visión del Ejecutivo al aumentar pensando que la cobrabilidad ha bajado, producto de que hay contribuyentes que no pueden pagar y otros que, sencillamente, no lo hacen por enojo.

En consonancia con una temporada de vacas flacas, los entes recaudadores no se han hecho sentir, a excepción del Ministerio de Trabajo, con sus inspecciones.

Más allá de las quejas de algunos de los asociados en torno a la competencia desleal, la titular de la cámara entiende que no es necesario ser un detective para ver la venta ambulante que no solo ha excedido el marco de la playa sino que también se ha abocado a más rubros de los tradicionales ante la mirada impávida de los inspectores cuando los hubo.

Sin control ni presión tributaria, la mercadería bajaba de autos o camionetas y era vendida en la vía pública de manera impune.

Ora vez la mala organización hizo que no hubiera controles y mucho menos actas labradas. Existieron permisos falsos.

Con una pregunta lapidaria, María Cristina Malegni termina la entrevista. Son los días en que los medios nacionales reproducen la palabra de Yeza acerca de las carreras de cuatris y 4x4 en las playas del norte. “¿Si las camionetas no se pueden controlar y la venta ambulante tampoco, entonces qué es lo que se puede hacer bien?”, concluye.