EL STM, firme en sus reclamos

La agrupación sindical entiende que el Ejecutivo está haciendo la peor combinación de todas: descuidar a sus trabajadores y las herramientas con las que trabajan; por otro lado, tercerizar los servicios que ellos prestan, incurriendo en mayores gastos para ello.

El vocero de prensa del Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) de Pinamar, Enrique Giménez, se mostró escéptico acerca de las negociaciones entre el Ejecutivo y los trabajadores por lograr un sueldo acorde a sus necesidades y a sus demandas para no perder el poder adquisitivo ante el incremento de la inflación.

“Se ha gastado dinero en empresas locales, a lo cual nosotros hemos planteado que por qué no se invierte en arreglar los vehículos que tenemos. El Corralón Norte tiene tres palas rotas. Entonces, en lugar de gastar en empresas, como sucedió para la limpieza de Avenida del Mar, que después fue terminada por los empleados municipales que mejor que reparar lo dañado. Cosas que, teniendo los elementos, los trabajadores municipales bien pueden realizar la tarea. El factor humano está y lo que hace falta son las maquinarias. Entonces estamos hablando de cientos de miles de pesos que se gastan en empresas privadas para resolver algo que bien pueden hacer los empleados municipales”, argumentó.

–¿Cuál es la oferta del gobierno?
–Se trata de un 18% propuesto, dividido en 12 cuotas, en 1,5% mensual con posibilidad de reajuste en el caso que la inflación supere ese 1,5. Nosotros creemos que es una falta de respeto. De marzo a marzo, el 18%, el 1,5% mensual en un acumulativo de un 20,3: estamos hablando de un incremento de 230 a 240 pesos mensuales. O sea que con lo que viene ahora en el mes de marzo, con el incremento del gas, de la luz, con el comienzo de clases, creemos que es una cargada 240 pesos de aumento. Entonces, le pedimos al Ejecutivo que nos haga una propuesta en concreto, con un porcentaje firme, como a lo mejor fue la paritaria del año pasado, y ahí tendremos que ver qué es lo que sucede. Hasta acá la propuesta es una cargada, no es seria y de hecho ya no la aceptamos. El jueves hay una audiencia en el ministerio de trabajo para ver si el Ejecutivo mejora la propuesta y si no a partir de que salgamos de la reunión vamos a ir a una asamblea extraordinaria, donde la mayoría de los afiliados va a definir cuál es el camino a seguir.

–¿Tenés presente en cuánto aumentó el módulo?
–En el Concejo Deliberante se habla de un 29. En el Ejecutivo, de un 23% la tasa. Entonces si fuese así como plantea el Ejecutivo y a nosotros nos propone un 1,5% ya tenemos un problema ahí porque ya estamos pagando mucho más en el ABL. Hay compañeros que no son propietarios pero tienen que pagar alquiler y eso también se incrementa. La realidad económica nos supera y nos deja muy debajo de lo que es el poder adquisitivo. Si bien el año pasado cerramos una buena paritaria, parece que este año el Ejecutivo quiere salirse con la suya, lo que no pudo el año pasado. Toda esta reducción del poder adquisitivo se va a ver reflejado en el comercio local, porque en realidad no vamos a poder comprar ni los caramelos con los sueldos que nos va a quedar de empleado municipal.
Por un lado los gobiernos nacional y provincial hablan de que los municipios mejoren la recaudación y, por el otro, se pide una quita en la presión tributaria.

–¿Cómo ve este dilema?
–La postura viene planteada ya desde nivel nacional pero nuestro secretario general, el compañero Cholo García, de la Fesimubo, salió a decir que los municipales no vamos a aceptar el 18%. Ya el año pasado, en diciembre, habíamos planteado al Ejecutivo que eso era escaso y creímos que iban a modificar esa postura. El Ejecutivo viene con una postura dura, empresarial, en lo cual todo tiene que dar ganancia, y nosotros creemos que la Municipalidad debería ser como una cooperativa, tiene que tener buen servicio, buena prestación, buenos salarios y funcionar bien.

–Por lo visto, más allá de la preocupación por mejorar el salario, los alienta a mejorar el servicio. ¿Esto es tan así?
–Tiene que funcionar para el vecino, para el que paga el ABL, tiene que funcionar para los trabajadores, para todos. Entonces en ese marco nos plantamos y denunciamos cuando no hay insumos, cuando no hay herramientas; todo eso hace que después sucedan este tipo de cosas, que contratan mano de obra privada para cosas que tendríamos que resolver los trabajadores municipales y no podemos hacer porque no están los elementos. Sigue habiendo vehículos rotos, si bien incorporaron nuevos, pero no alcanzan. Hablamos de vehículos que les faltan las cubiertas o tienen el arranque roto; no estamos hablando de vehículos fundidos, sino que necesitan mantenimiento o arreglos básicos.