ENTREVISTA A FRANCO “CHICHO” AGUIRRE

El crecimiento del rap en nuestra comunidad es el eje de esta charla. La visión de unos de sus cultores y una oportunidad para asomarse en un mundo, para muchos, desconocido.

Siempre me interesaron las competencias de freestyle y el hip hop en general. Para el que no lo sepa, el freestyle es una forma improvisada de rapear (de rimar palabras fluidamente siguiendo un ritmo), es decir, no hay letras escritas o compuestas previamente. Me acuerdo que cuando tenía 11 ó 12 un amigo me mostró por primera vez una de las competencias más importantes, la Red Bull.

Pasaron los años y me desconecté de ese mundo. Pero un día saliendo del cine, camino a la parada del micro que está en la plaza detrás de la ex terminal, vi un círculo de gente. Estaba con un amigo, nos acercamos y él me comenta que normalmente ahí se juntan para hacer freestyle y competir. Esto despertó mi interés. Entonces por medio de una amiga en común me contacté con uno de los raperos más famosos dentro del círculo del hip hop local, Franco Nahuel Aguirre, más conocido como Chicho, un chico de 19 años que dedica gran parte de su tiempo a este mundo.

Decidimos encontrarnos en las oficinas del semanario, me pareció un buen lugar para ambos. Momentos antes de empezar con la charla lo noto un poco tímido, tal vez nervioso.

–¿A qué te dedicás? ¿Cuál es tu medio de vida?
–Trabajo con mi hermano pero le dedico la mayoría de mi tiempo a clases que doy a los chicos que quieren empezar a rapear; les doy herramientas para ayudarlos, rimas, estructura, métrica, flow, punchlines, que son los remates que se usan para terminar rimas.

–¿Cuándo y cómo empezaste?
–Hace tres meses empecé. Un día me llamaron de la Municipalidad y arranqué. Siempre pensé que se me iba a dar una oportunidad así.

–¿Cómo entraste al mundo de freestyle?
–En 2009, mi hermano me hizo escuchar a un tipo que hacia rap cristiano; sí, rap cristiano, y me impresionó el flow que tenía; lo copiaba, me ponía la gorrita para atrás, los anteojos, pero después me alejé de eso por un tiempo. Hasta que en 2012, 2013, comencé a ver la Red Bull de España y me di cuenta de que quería hacer lo que ellos hacían. Entonces, empecé a probar y me gustó y, encima, ese mismo año me enteré por Facebook que un amigo rapeaba. Entonces, hablé con él y organizamos una competencia. Hicimos la primera competencia en Pinamar atrás de Centerplay y así surgió todo.

Ya habrán pasado cinco o siete minutos desde que empezamos; ya entramos en confianza y noto a Chicho mas entusiasmado.

–¿Participaste en alguna competencia importante?
–Estuve en una competencia que se llama A cara de perro, que en su momento era importante para los juniors y, siendo de Pinamar, era complicado entrar, pero fui igual. Había 146 competidores y estaban los mejores: era como jugar contra Messi, Higuain, y quedé entre los dieciséis mejores. Al año siguiente volví y en el jurado estaban Kaiser, Arkano y Sony (raperos muy reconocidos en Argentina) y llegué a semifinales. Estaba motivadísimo, estaba prendido fuego y estuve a un pelo de ganarle pero perdí. Después no me presenté más.

Luego me mudé a Buenos Aires un año y participé en el Quinto Escalón (otra competencia muy reconocida). Iba casi siempre. Ahí estuve con muchos raperos que ahora son muy famosos.

–¿Cómo ves el freestyle en Pinamar?
–La primera “compe” la hicimos en 2013; éramos pocos ocho o nueve. Hoy, por lo menos treinta. El freestyle está con mucho nivel, hay gente muy buena, pero el problema es que como Pinamar es chico siempre competís con los mismos. Pero, repito, hay mucho nivel y muchos chicos con futuro.

–¿Cómo afectó a la escena local de freestyle el hecho de que el trap (subgénero del rap) se haya puesto de moda?
–En 2016, cuando el Quinto Escalón la pegó, acá éramos sólo diez raperos y llegamos a ser cien. El impacto fue enorme. Fue en 2016 cuando en el Quinto había gente que hoy es muy famosa: todos esos sacaron canciones y hoy tienen millones de seguidores.

A partir de ese momento se empezó a acercar mucha gente que contamina la cultura, que está por moda. Ahora todos se creen raperos pero también sirvió para abrirle las puertas a gente que se interesa realmente.

–¿Qué tan difícil es hacer freestyle?
–A mis alumnos les digo que cuando nacieron no sabían decir “mamá” y “papá”; ellos aprendieron a decirlo. Cuando jugás por primera vez al fútbol no hacés un gol de chilena ni hacés veinte jueguitos. Como todo, es práctica, es cuestión de dedicación, y que te guste. Cualquiera puede ser un freestyler.

También, la gente que lee y adquiere vocabulario tiene mucha ventaja sobre otros.

–Me enteré de que sacaste dos canciones, y noté que tienen un sonido muy noventoso. ¿Por qué elegiste ese estilo y no uno más trapero? ¿Cuáles fueron tus influencias?

En este punto de la charla, el músico no puede ocultar su satisfacción.

–No me gusta ser como los demás, me gusta ser diferente. Están haciendo todos lo mismo. Respeto el trap. Quizá el día de mañana haga un tema de trap, pero por ahora voy a seguir haciendo lo que hago. Mi principal influencia es el rap español.

Ahora estoy por sacar dos temas nuevos. En una competencia el premio era un videoclip y lo gané, así que uno de los temas sale con videoclip, seguro. Mi objetivo principal es intentar llegar a una Red Bull representando a Pinamar, y que mi música transmita un buen mensaje y haga sentir algo a la gente.

En este punto de la entrevista entendí que a Chicho le encanta hablar de sus éxitos y su propia música sin ser vanidoso.

Él es bueno en lo que hace, no sólo porque practica y le pone dedicación sino también porque hay que tener una autoestima alta y una personalidad fuerte.

Uno de los pilares del freestyle es el respeto. Durante la batalla se matan a insultos, se tiran palos por todos lados. Pero es lo que aman y, al final del día, todos siguen siendo amigos.