El Atlántico encabeza el inicio de la segunda etapa

El balneario de la familia Crinigan demuele esta semana una parte de su estructura para empezar a construir su sector gastronómico, que aspira a concluir, por lo menos antes del feriado largo de agosto.

Guillermo Crinigan vuelve a ser noticia aunque en esta ocasión no está en medio de una penosa situación de no poder explotar El Atlántico en todos sus alcances sino que el histórico balneario va a poder trabajar también su espacio gastronómico, perimido por diferentes situaciones.

“Nos tocó ser los primeros en tomar la iniciativa de la nueva etapa de demolición, que de hecho debe estar terminando esta semana. Comenzamos con una autorización para el 3 abril y se empezó con los trabajos para no correr, como fue el año pasado. Uno se lleva por colegas, gente que lo pasó y que te dicen ‘esto no escapa al día a día’, que el tiempo pasa, el clima tiene mucho que ver, es muy cambiante y eso hace que se pierda mucho tiempo, se va el mes. Si Dios quiere, la idea es armar el sector gastronómico cuanto antes, por el tema que uno está perdiendo un ingreso más que importante. Si bien la fecha es diciembre de 2017, la idea es tenerlo lo más anticipado posible”, detalló.

El criterio que prevalece es el de acompañar y ser obediente en cuanto a las exigencias que se pueden plantear. Así como el otro día se les solicitó un determinado vallado que se hizo, o un control de plagas que fue realizado de inmediato al ser requerido por las autoridades.

“Hoy estamos con muchas ganas de hacer algo lindo, rápido, sustentable y cumpliendo las normas que se solicitan, tratando de acompañar al resto de los proyectos que se han hecho. Los accesos a la playa los veo bárbaros; en el lugar de donde vengo lo tienen, allá en el Partido de la Costa. Yo habitualmente salgo a correr para el lado del muelle. Yo veía una nota en un medio local y decía que habían metido máquina. Lo que pasa es que no dura nada; vos haces la curva del muelle y ves que se le quedó el auto a alguien o acumula muchísima arena y es muy difícil mantenerlo. También debo decir que la motoniveladora lo dejó bien en poco tiempo”, agrega.

La visualización de otras playas con costaneras pavimentadas trae a colación la mención del Partido de la Costa, un municipio vecino que tiene mucha actividad los fines de semana en su espacio costero. Es común ver en San Bernardo o Santa Teresita a las familias disfrutar con un equipo de mate, un partido de tejo o de vóley.

“Se gastó pero está bárbara [en La Costa]; no así en Gesell que al año de haberse hecho las tablas se levantaban por el material que habían usado. En La Costa quedó bárbaro, las bajadas y el paseo costero”, repasa haciendo una tácita mención al mantenimiento que necesita la Avenida del Mar por las características que tiene y la acumulación constante de arena que dificulta el tránsito de los vehículos.