Audiencia con opiniones encontradas

Con una predominancia de profesionales, se realizó una audiencia pública para tratar la actualización del código. La densidad poblacional, el recurso del acuífero, zonificación, estudios de evaluación ambiental y los premios fueron parte de los indicadores de la preocupación de quienes participaron.

Luego de batallar bastante, de idas y vueltas, de dudar o no del apoyo del intendente, y cientos de otras cuestiones que se fueron intercalando en los últimos años, el martes pasado se llevó a cabo la audiencia pública convocada a fin de tratar el proyecto de actualización del Código de Ordenamiento Urbano (COU). Con 38 oradores inscriptos en el Concejo Deliberante, la audiencia, que según los impulsores no era necesaria y para los detractores resultaba obligatoria, podría considerarse un éxito, sobre todo teniendo en cuenta otras experiencias de este tipo. Apenas unos minutos después del horario pactado, la presidente del HCD, Mercedes Taurizano, dio la bienvenida a la que se sumó el jefe de Gabinete, Federico Panzieri, quien comentó los diferentes pasos de este anteproyecto, explicando que no es cerrado sino pasible de ser cambiado, dada su condición con lo que surgiera de esta audiencia pública, y con las modificaciones que haga luego la Provincia. Después, tomó la palabra el concejal Augusto Urrizola, que presentó el proyecto, para luego dar espacio a los oradores, en el orden en el que se habían anotado:

Edgardo Paso agradeció que fuera público y luego comentó el concepto de plusvalía al que calificó de innovador y generador de recursos genuinos al municipio. Pero debe ser accesible, con cuotas para evitar el abuso de quienes lucran con el mercado inmobiliario. Por otro lado habló de la necesidad de acompañar con desarrollo el crecimiento de Pinamar y apuntó a la múltiples construcciones del casco de Pinamar que han quedado viejas, hechas en épocas en las que no se brindaban servicios al turismo y hoy remodelarlas sale más caro que tirarlas abajo.

Alejandro de Matteis se manifestó de acuerdo con la modificación del código, pero planteó algunas apreciaciones dejando entrever que se estaba haciendo el camino opuesto. Objetó que tendría que ser el área de Planeamiento la que elevara el anteproyecto al Concejo. Señaló varias normativas por las que este pre-proyecto debiera ir acompañado por un estudio de impacto ambiental. Por otro lado, pidió que no se modifiquen los indicadores de densidad hasta que no esté en funcionamiento la planta depuradora. Planteó la necesidad de crear una Comisión permanente de monitoreo en lugar de una revisión cada cinco años.

Pablo Vilas: “Gracias al COU y su espíritu, hoy es la ciudad verde en la que vivimos. Debe actualizarse sin perder su génesis, sus aspectos estructurales. Lo que debemos es concientizar tanto a vecinos como a profesionales proyectistas de que se debe acompañar este crecimiento cuidando el medio”, señaló. Pidió que se verifique la reposición de árboles tras la remoción, porque, si bien se debería hacer, no se hace. Y, por otro lado, aconsejó una revisión cada dos años, aunque se haga a fondo cada cinco.

El ingeniero Bruno Nicolini vio con agrado la modificación del COU. Señaló que Valeria del Mar, así como el resto de las localidades, ha sufrido enormes modificaciones y era necesaria una actualización. Recordó que, como ex funcionario de Madariaga, vivió algo similar con una modificación de un sector del partido en el que trabajó durante dos años, por lo que se presentó un anteproyecto que se elevó a la Provincia.

El arquitecto Adrián Calabrese recordó que cuando se hizo desde el CAAIP, el cambio se lo vio de manera positiva, ya que desde el Ejecutivo, por entonces, no había miras de avanzar en ese sentido: “Todos los profesionales hicimos un esfuerzo por mejorar lo que hay. La intención es que esto siga creciendo pero creciendo bien. Se tomó en cuenta casi todo. Siempre se puede perfeccionar, pero si no avanzamos no modificamos nada”.

Lucas Ventoso reiteró sus reclamos en relación al cumplimento de un paso previo, es decir un estudio de impacto ambiental anterior a la audiencia pública, aclarando que sin esto no será suficiente lo que se haga al respecto, será carente de legalidad. Por otro lado, comentó que se está intentando aumentar la densidad, sin incrementar sus espacios verdes. El problema que tiene Pinamar no es urbanístico sino social. También reclamó por los premios propuestos por el proyecto.

El arquitecto Antonio Carrasco, como vecino de Valeria del Mar y profesional, presentó objeción a la zona artesanal industrial que existía para pequeños talleres y sostenimiento; hoy se intenta agrandar la zona industrial para poder trasladar la que se saca de Pinamar, sin embargo, eso no sería adecuado porque se avasallaría la idiosincrasia de cada localidad. Por otro lado, planteó su acuerdo con los premios y la determinación del patrimonio histórico de Pinamar. Para los premios estimó que sea un equipo de profesionales el que haga las evaluaciones.

El arquitecto Rubén García: Trazó un derrotero del proyecto desde el CAAIP y el HCD, en los últimos cinco años.

El arquitecto Alejandro Deana le dio su voto de confianza al proyecto “porque arranca de forma transparente en una audiencia pública en la que se puede escuchar y opinar, se puede avanzar en este proyecto y revisarlo cada dos años”.

El ingeniero Miguel Avendaño, miembro y fundador del CAAIP, aseguró que se requiere de un estudio de impacto ambiental antes de la aprobación del proyecto, así como una revisión de parte de la Provincia para evitar contratiempos luego. Fue quien más profundizó en el recurso hídrico sin minimizarlo o ignorarlo.

La ingeniera Mabel Dolhare arrancó apoyando este proyecto por considerarlo plural y consensuado, valoró que se invitó a profesionales y que es necesario “debido al crecimiento de Pinamar”.

El agrimensor Ariel Triana hizo foco en Valeria y Ostende, se mostró en desacuerdo con incrementar los indicadores potenciales con las plantas domiciliarias, solicitó que esperen a la realización de la planta depuradora. La zona industrial no debe trasladarse a esas localidades donde ya hay lotes pequeños y calles más angostas. Por otro lado, aclaró que hoy no se están aumentando indicadores sino visibilizando lo que ya existe por deficiencia en los controles y de la fiscalización, “lo que espero es que dentro de quince años no nos juntemos otra vez porque nuevamente hubo falta de fiscalización. Por otro lado, quiero agregar que se incorpore un premio verde no solo a las obras nuevas sino además para aquellos que cuidan el agua, riegan en horario o establecen parques sin necesidad de riego. Como una medida proactiva para cuidar el agua del partido”.

Para el arquitecto Fabián Cambre, cualquier modificación del COU debe contar con estudios previos de factibilidad de servicios, demográficos y ambientales. Asimismo enumeró una serie de criterios que a su entender son necesarios antes de avanzar en este proyecto.

Iván Chumacero Córdova señaló, desde su rol de residente de Ostende, que Moby Dick no fue tenido en cuenta, un barrio en el que viven más de 60 familias y contiene a la comisaría de Ostende.

Arquitecta Alicia Álvarez Iturregui: “Según la Ley 11.723, debería hacerse un estudio de impacto ambiental previo a la aprobación del proyecto”, dijo. Por otro lado, pidió que se haga un proceso gradual, dejando las modificaciones de mayor impacto para más adelante, avanzando sobre los cambios más leves.

La arquitecta Celeste Siccardi se mostró de acuerdo con una modificación del código de ordenamiento y celebró la creación del espacio, compartió opinión con De Matteis acerca de que esta audiencia es prematura. Desde su rol de representante del Colegio de Arquitectos cuestionó la falta de rigurosidad en los pasos y procedimientos a seguir. “Creemos firmemente que esta reforma no debería aumentar densidad, pero sí cambiar uso para homologar la realidad. El proyecto debe seguir adelante, pero sin involucrar de momento un aumento de densidad, hasta tanto se genere una planificación de una forma nueva de captar agua, porque ése es el problema actual del acuífero”, expresó.

El arquitecto Ramón Uranga manifestó que en el tratamiento del código se han logrado consensos en algunos aspectos y que otros no, deben preservarse los premios. Detalló varias cuestiones técnicas que deben observarse. Dejó por escrito las sugerencias, ya que algunas de ellas son nuevas y no han sido tratadas hasta la fecha.

Schittko Gunter: este reconocido morador de Valeria del Mar señaló que, a su entender, el determinante es el agua, por lo que fue detallando cuestiones técnicas para tener en cuenta y de las que dejará constancia en el HCD.

Luego se verificó que varios oradores se habían retirado sin exponer, ellos son Osvaldo Panelli, Marcela Silvestrone, Hugo Silvestrone, Fernando Andina, Claudio Barbieri, Julio Roldán, Jorge Salerno y el ingeniero Hugo Mason.

Juan José Repetto, como pionero de la localidad de Ostende, dice que correr la zona industrial a Ostende y Valeria del Mar es barrer la mugre debajo de la alfombra. En relación con un polo gastronómico sobre Biarritz, comentó que no existen ni veredas ni espacio para autos, por lo que será un problema para más adelante. “Este código viene a corroborar que Ostende y Valeria son el patito feo del partido”, aseveró.

Luego la convocatoria siguió y se verificaron las ausencias de Ingrid Gómez, Rosario Aramayo, y Raúl Aramayo.

El arquitecto Gabriel Vidauli es uno de los responsables del código sancionado en el 87, ya que era el responsable de Obras Públicas entonces; en ese momento se ordenó toda la normativa respecto a la urbanización. “Nadie suponía que en tanto tiempo no iba a haber modificaciones y tanto desgobierno. Si tienen en cuenta, de los oradores, la mayoría son ingenieros, arquitectos y técnicos; estamos en una burbuja, no está la gente. Debemos ordenar la ciudad, que se ha desmadrado; al perder su rumbo pierde el público; debe volver a ser única, de élite”, estimó. Se mostró en contra de la plusvalía, porque “cualquiera con dinero cambia los indicadores”.

Ángelo Simeone se refirió a la problemática del agua, así como de la necesidad de cuidar el cordón dunícola.

El ingeniero Juan Manuel Jorge habló mayoritariamente sobre Cariló como asesor técnico en el Consejo Asesor de Cariló; mostró su acuerdo con la no modificación del COU en Cariló, pero sí se manifestó preocupado por incluir un sector urbano que hoy está en juicio. Fue otro de los profesionales que dejó material de su evaluación sobre el tema.

Susana Lastra, en respuesta a Vidauli, agregó que “el pueblo se fue porque tiene que trabajar, pero sí ha participado. Pido que en Ostende nos permitan trabajar dignamente, y aportando lo correspondiente con las inspecciones que tienen que hacerse”.

Ya sin más oradores, Panzieri informó que para cualquier consulta quedará abierto el correo: audienciapublica@pinamar.gob.ar desde las 18 del jueves 21 de septiembre.

Luego de casi cuatro horas de exposición, la audiencia finalizó.

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