El COU merece un tratamiento responsable y consensuado

Cinco puntos sin el tratamiento adecuado marcaron una diferencia que evitó que la norma urbanística viera la luz en su nuevo formato. Se busca la aprobación unánime.

El concejal Lucas Ventoso se refirió a uno de los temas del año, de singular importancia, y que según ha trascendido será resuelto dentro del actual período de sesiones ordinarias. Se trata del Código de Ordenamiento Urbano (COU), una de las herramientas que le han conferido, a lo largo de los años, características particulares a Pinamar.

Como si se tratara de una telenovela en episodios, ya son muchas las reuniones que se han sucedido en la comisión respectiva y, cuando parecía que todo llegaría a su fin, lo que se suponía zanjado sigue siendo un obstáculo, esto es una serie de puntos que sin consenso se pretendió hacer aprobar.

El legislador radical dijo en la tarde del lunes pasado: “El COU pasó a comisión por la sencilla razón de que el resto de las fuerzas políticas, Propin, Frente para la Victoria y me incluyo dentro de Cambiemos, habíamos quedado en que el expediente iba a ser analizado por lo menos una vez más, quizás dos; no sé si en una semana podría haber salido, para terminar de definir algunas situaciones de consenso y de tratamiento. Y quiero señalar acá que se trata fundamentalmente de tratar algunos temas. Quizás había consenso o no, pero de una lista de quince temas que había llevado Augusto Urrizola a la comisión, el martes pasado habían quedado diez resueltas y quedaban cinco. Esos cinco puntos nunca fueron vueltos a tratar; directamente se subió a sesión y esos puntos quedaron sin tratamiento. Lo que sucedió es que Urrizola subió esos cinco puntos, como él lo pretendía, pero no era la posición mayoritaria del resto de los concejales. Lo que señalé en sesión es la necesidad de construir consensos y de construir tratamiento participativo de todas las fuerzas; después, podemos coincidir o no pero sí tratarlo, y yo hablando con el resto de las demás fuerzas políticas, como presidente del bloque de la UCR, tuve el compromiso de las demás fuerzas de sacarlo por unanimidad con una o dos reuniones de trabajo más. Y para mí era muy claro: una o dos reuniones más, sale por unanimidad. Entonces, lo que se votó por mayoría, y eso apoyé, fue que siga en comisión, para que esto salga como corresponde, por unanimidad, que es ni más ni menos que el Código de Ordenamiento Urbano de todo el Partido de Pinamar. Entonces, requiere que sea votado con el máximo esfuerzo de todos los espacios políticos y no de uno solo”.

Uno de los cinco puntos era el referido a la zona fuelle de Las Artes, las calles Ballena, Gaviotas, que van a Burriquetas, que se pretendía transformar de residencial unifamiliar a multifamiliar; disposición que distaba de la voluntad mayoritaria, según lo que se había discutido en comisión.

“Otro punto era la zona frentista con Avenida Central donde se ha pintado todo multifamiliar y eso se habló de cambiarlo a zona comercial pero no de hacerlo multifamiliar. Después, cláusulas excepcionales, como por ejemplo, una en favor de los hoteles que presentaran planos antes del año 87 que estuvieran en obra donde se les da una densidad de las más altas que tiene el partido, de 1000 habitantes por hectárea. Yo eso lo planteé en audiencia pública y hacer un código urbano con una excepción en favor de uno o dos particulares donde puedan plantear una ventaja de densidad tan fuerte no es razonable y no es, creo yo, transparente. Acá hay un solo beneficiario de esa cláusula. En su momento lo presentó Edgardo Paso, pero no puede venir un particular para hacer una cláusula para uno mismo. Eso requiere, mínimamente, de un tratamiento; si la mayoría de los concejales lo vota, saldrá así, pero lo que no podemos obviar es el debido tratamiento, que se discuta, después que se someta a votación, pero acá lo que pasó es que se subió sin haber terminado la discusión y donde faltaban una o dos reuniones a lo sumo”, amplió.

Para Ventoso merece un tratamiento responsable y consensuado: “Yo creo que esto hay que tratarlo en una sesión especial. El COU requiere una sesión especial citada especialmente para resolver la votación de este proyecto que se viene trabajando hace muchos años ya. Yo creo que hay que trabajar en el consenso. Creo que Cambiemos hoy tiene un enorme desafío de llevar adelante políticas de consenso porque las políticas públicas se demuestran en la calle y el trabajo con las demás fuerzas es un gesto que no podemos pasar por alto y tenemos que rescatar y valorar y a eso apunto”.

Si bien nuestra sociedad no se destaca por ser participativa, uno de los aspectos que más la caracteriza es la desconfianza. Dentro de este rasgo, el COU y su actualización tienen un hálito de negocio para pocos.

“Esto es muy evidente en algunos integrantes del Centro de Arquitectos e ingenieros. Por ejemplo, otra cosa que yo observé en el proyecto que se subió y luego se bajó a comisión es que se establece premios del 10% sobre el FOT y el FOS cuando tuviera una certificación ambiental, pero lo que hubiese correspondido es haber hecho un premio pero un beneficio tributario, no que construyan más metros sino que paguen menos impuestos, que es la lógica que exige el mismo artículo para las viviendas unifamiliares residenciales. Dice que ‘el beneficio por una certificación ambiental es un beneficio tributario’ pero para los multifamiliares y hoteleros no es un beneficio tributario, sino un beneficio a construir más. ¿Quiénes ganan si se construye más? Quienes construyen, tienen más renta, y los profesionales que firman el plano, que tienen un porcentaje mayor de lo que están construyendo pero lo que tenemos que hacer en Pinamar es reducir la superficie construida. Entonces, ahí tenés una contradicción en el proyecto que se subió”, concluyó.