Con el desarrollo de la tecnología y los dispositivos de bolsillo, asistimos al fenómeno llamado “periodismo ciudadano”, donde cualquier situación se transforma en un video, que se viraliza por las redes en el caso en que la temática se implante en la agenda mediática y pública. El acoso callejero es un tema naturalizado y cotidiano que los colectivos de mujeres argentinas denuncian hace rato y que, incluso, ha generado proyectos de ley para penalizarlo, aún sin resolución. Quizás la clave del nuevo método de defensa, ante el acoso callejero, para las mujeres se encuentre en sus propios dispositivos celulares. Hace pocos días, una joven cruzaba la calle en bicicleta en el Barrio Sur de la capital Tucumana, sobre Buenos Aires y Lavalle, a unas cuadras de la Municipalidad capitalina y de los Tribunales. Luego de escuchar los gritos de un taxista que la acosaba, la joven detuvo la bicicleta delante del taxi y comenzó a pedirle que se disculpara sobre los dichos vertidos hacia ella. “No me voy a mover de acá hasta que te hagas cargo de lo que me dijiste. Sos un acosador”, le gritó la joven. Las imágenes quedaron registradas en un video que envió a La Gaceta una transeúnte. A causa de este incidente, detrás del taxi se formó una larga fila de autos. A pesar de esto la mujer no se movió de la calle. “No dije nada, te lo juro por mis hijos”, le gritó el conductor desde adentro del auto. Ante la inmovilidad e insistencia de la joven, finalmente el taxista accedió a pedirle disculpas, pero, antes de irse, la chica le gritó: “Esto es para que aprendas a no decirle más nada a una mujer. Algún día te vas a cruzar con otra loca como yo”. Hechos como éste, que nos parecen tan cotidianos y por lo tanto naturalizados, reflejan uno de los cambios que los movimientos de mujeres piden, no sólo en el país sino en el mundo y que, cada día más, serán noticia.