“El del agua es un problema tremendo”

La concejal de Unidad Ciudadana, identificada con Valeria del Mar, considera que con la obra de la rotonda y lo realizado en Espora no se ha dado solución al problema principal, el de los pluviales.

Marcela Uhrig ha participado de una serie de reuniones referidas a la obra pública y a Valeria del Mar, ha recibido a vecinos y ha estado presente en encuentros relacionados con el tema de la acumulación de agua luego de las lluvias y los inconvenientes que ello demora.

–¿Qué consideraciones te merece la obra pública en Valeria del Mar?
–Hubo un debate bastante interesante respecto a la obra pública de Valeria del Mar porque cuando se inicia y se anuncia es recibida con alegría por los vecinos, en gran parte, porque es bueno que se realicen las veredas porque era un lugar de difícil tránsito en todo lo que era Avenida Espora, sobre todo tránsito peatonal, con bicicletas. Pero desde el primer momento hubo un grupo de vecinos que alertó sobre la cuestión del diseño de la obra. Ya en la primera audiencia pública, donde fueron muy pocos, porque la verdad es que fue muy poco difundida. Por ejemplo, en la zona de la rotonda, no estábamos de acuerdo los valerianos con que se quite el mástil, porque todo eso iba a suceder, se iba a quitar de su emplazamiento original, siendo que es un emblema para los valerianos; no solamente es un ordenador del tránsito sino que también nos identifica, la rotonda de Valeria, con todo lo que significa el centro y la pérdida del estacionamiento en la última cuadra; eso también se planteó porque una característica de Valeria es que mucha gente que está a la 10, 15 ó 30 cuadras de la playa tiene que llegar y dejar el auto estacionado y no hay mucho lugar, salvo los dos ó tres lugares que tenemos. Aparte, la avenida costanera no está consolidada.

–¿Se tuvo en cuenta alguna sugerencia que hicieron los vecinos?
–Algunas cuestiones fueron tenidas en cuenta, sobre todo el no remover el mástil, más allá de que se achicó la rotonda, se perdió el estacionamiento; por ahí eso nosotros no lo cuestionamos pero otra cuestión importante que se dijo en ese momento es qué iba a pasar con los pluviales, porque es histórico que en la rotonda se acumula agua cuando llueve y hay un drenaje realizado hace varios años, pero que es difícil mantenerlo. La situación es que se tapa o no da abasto; entonces, una lluvia fuerte hace que el agua se acumule y se tenga que ir escurriendo de a poco. Era la oportunidad para hacer los drenajes como corresponde, para solucionar el tema y ya vimos en la planificación antes de iniciar y los vecinos lo dijeron claramente: que si no se hacía una obra más importante con el tema del escurrimiento del agua se iba a seguir inundando, y 63 millones de pesos costó esta obra; es mucho dinero para que el tema más importante no quede resuelto y a la vista está que es lo que pasó.

–En tu caso te asiste el derecho de consultar a los funcionarios intervinientes. ¿Pudiste hablar con alguien sobre el tema?
–Nosotros nos comunicamos, fui a visitarlo al arquitecto Sebastián Cufari, que era el encargado de la obra, se presentó la arquitecta Mila Gómez Beret, los vecinos presentaron una nota al respecto en el Concejo y en el Departamento Ejecutivo y la respuesta fue que esta situación se resolvía porque dependía de un mantenimiento permanente y que estaba resuelto, que si los drenajes se limpiaban permanentemente no había ninguna posibilidad de acumulación de agua. Ante esa situación vimos que al parecer estaba planificada la obra por un arquitecto, había todo un proyecto que iba a modificar no sólo la estética sino también que iba a resolver el problema. Estuvimos esperando y apostando a que así sea. En realidad es que la primera lluvia importante, el 21 de diciembre, demostró que no alcanza con que los drenajes se limpien; era lo que por ahí se había planteado, que era necesaria una obra más importante porque no era una cuestión solamente de mantenerlos limpios, porque después de eso hubo limpieza de drenaje pero la cuestión es que a la semana siguiente volvió a haber una tormenta y otra vez pasó y eso es lo que nos preocupa porque el problema finalmente no está resuelto. Más allá de que mucha gente está de acuerdo, que queda más lindo, que las veredas eran necesarias, pero el problema de la acumulación del agua en la rotonda no se solucionó, sino que se empeoró y eso se repite en muchas partes de Pinamar y los vecinos ya no dan más con esto. En Víctor Hugo pasó lo mismo, en Víctor Hugo y Matheu, que se trató de darle una solución varias veces, se quedan los autos tapados de agua.

–¿Han recibido quejas en el HCD hechas por vecinos?
–Sí. Según lo que yo recuerdo, por lo menos en tres oportunidades, pidiendo la planificación de las obras. En una de las comunicaciones hicimos un listado de los lugares donde esto es histórico y viene pasando y se acumula el agua por varios días y no tiene solución. La respuesta del Ejecutivo es que Planeamiento está trabajando, que tiene en carpeta muchas obras para hacer, que había obras pendientes, que se van resolviendo de a poco. La cuestión es que las intervenciones que se hicieron no dieron resultado y en otros lugares no hubo intervención. Es preocupante porque esos son los problemas que vivimos todos los días.

–¿Cómo viven la situación los comercios que están ubicados en la rotonda?
–Con mucha preocupación. Plantearon en la segunda reunión que se hizo en el CIC de Valeria del Mar, cuando ya estaba empezada la obra, y los vecinos estaban muy enojados. Nos reunimos en la rotonda y pedimos una nueva reunión con la gente de Planeamiento, a la cual se acercaron unos 30 a 40 vecinos, de los cuales varios eran frentistas propietarios de esos comercios y plantearon, en primer lugar, la solución del problema del agua y, en segundo, la falta de estacionamientos. La realización de la vereda también trajo algunos problemas que, de a poco, se van resolviendo, pero el del agua es un problema tremendo.