El párrafo final del dossier de 28 carillas elaborado por un equipo de especialistas (médicos, genetistas, abogados, etc.) y coordinado por el arzobispo rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina, monseñor Dr. Víctor Manuel Fernández, resume la conclusión no sólo moral, ética, religiosa, en contra del aborto y a favor del derecho a la vida, sino la inconstitucionalidad de una discriminación, en términos jurídicos, que puedan tener normas de cualquier nivel que sancionen el Congreso Nacional o las legislaturas locales, y que autoricen la muerte provocada de modo directo de una persona inocente.

Siendo irrelevante que los afectados tengan una semana o tres meses de gestación, un año u ochenta años de vida, en virtud de que todos tienen el mismo derecho a la vida, que se extiende desde la concepción hasta la muerte natural, carece de validez constitucional que sea dejada sin protección penal la vida de los niños antes de nacer, o las normas incorporadas al proyecto sobre “abortos no punibles”.

Se decidió que el texto del cuadernillo no lleve el sello de la UCA ni los nombres de los actores a fin de que su contenido pueda ser resumido, recortado, ampliado y aprovechado como más convenga, con toda libertad.

El obispo de nuestra diócesis, Gabriel Mestre, hizo circular estas reflexiones y datos en torno al aborto originadas en la UCA, tituladas “La vida humana en la política”.

Hace hincapié en que algunos sectores creyentes contrarios al aborto detentan una molesta contradicción, mencionando al ex presidente Bush, que rechazaba el aborto y al mismo tiempo era capaz de sostener una intolerable “guerra preventiva”, o como ciertos grupos religiosos que no se preocupan por el hambre de los pobres o por las violaciones de los derechos humanos, y sólo defienden la vida para hablar en contra del aborto.

Aclara el texto que estas incoherencias no son una excusa para favorecer el aborto, así como las incoherencias de los gobernantes no son una excusa para ser deshonestos.

Y hace alusión de que “hoy existen en nuestro país muchas formas de desprecio de la vida: la violencia familiar, el estado deplorable de algunos hospitales, la desnutrición, la muerte en las canchas de fútbol, la justicia por mano propia, el gatillo fácil que siempre reaparece, las bandas delictivas que torturan y matan, el olvido de los ancianos. Parece que la vida vale poco”.

Llama la atención de que algunos políticos locales se hayan sumado a la campaña abortista, creyendo que ayudan a los pobres “educándolos”.

Pero advierte que una cosa es “educar para una paternidad responsable, ayudando a llevar adelante una adecuada planificación familiar, y otra es proponer el recurso fácil y rápido de eliminar una vida”.

Exhorta a solucionar los problemas por otra vía, pero no eliminando una vida humana, para subrayar que “la comprensión de las tremendas dificultades y dolorosas angustias de las mujeres no justifica, como salida, la eliminación de una vida humana inocente; así como el sufrimiento de una madre que ha tenido un hijo discapacitado no justifica el asesinato de ese niño”.

Al fijar posición pública para el debate sobre la penalización o no del aborto inducido, la Fundación Cooperadora para la Nutrición Infantil (Conin) alerta que “de lo que se trata humana y racionalmente es de optar por la defensa de la vida, contra las opciones-elecciones por la muerte; de hacer un llamado a las responsabilidades humanas asumidas y cumplidas, contra la búsqueda de soluciones facilistas e insolidarias; de proponer una concepción ética orientada al bien humano de la vida, que se ordene a la promoción de lo mejor que hay en el hombre, contra las visiones egoístas y degradantes de la actividad humana; de optar por la ayuda, el cuidado, el respeto y el compromiso, contra la exclusiva búsqueda del provecho propio a costa del bien de los demás; de optar, en definitiva, por la dignidad intrínseca del ser humano, contra las pretensiones de su cosificación y manipulación irrestricta”.

Se puede acceder a los textos completos en: www.parroquiapinamar.org.