Por Cristina Ivanec, arquitecta.
Matrícula Nacional 16404 // Matrícula Pinamar 971
Las casas de hormigón vinieron para quedarse y Pinamar no es la excepción, dejando de lado el sueño del chalet con techos de múltiples caídas donde se lucían las distintas variedades de tejas o pizarras y las paredes de ladrillo a la vista.
Entre las primeras casas destaca esta vivienda ubicada en Valeria del Mar, cuya autoría pertenece a los arquitectos María Victoria Besonías y Luciano Kruk, que junto al arq. Guillermo de Almeida conformaron el estudio BAK.
La casa está construida con dos materiales básicos: hormigón a la vista y vidrio. El hormigón a la vista es estructura y a la vez cerramiento y es el material del piso también no teniendo ningún tipo de terminación exterior, ni interior. La propuesta estructural es simple: se trata de losas que apoyan en vigas invertidas o simples, excepto en uno de los extremos del prisma, que se resuelve con un importante voladizo para liberar de columnas la zona de acceso.
La cubierta se resolvió dándole una pendiente mínima a la última losa para que se produzca rápidamente el escurrimiento del agua de lluvia.
Los escasos tabiques interiores de ladrillos huecos están revocados y pintados, el piso es de paños de alisado de cemento divididos por planchuelas de aluminio.
Las aberturas son de aluminio anodizado color bronce oscuro. La calefacción se resolvió con un sistema de piso radiante. Los deck son de listones y tablas de madera dura apoyados sobre una losa de hormigón y tratados con un impregnante.
Salvo la cama matrimonial, los sillones, sillas y el resto del equipamiento de esta vivienda está resuelto en hormigón. Incluso las camas de los dormitorios secundarios son losas perforadas resueltas en voladizo.
El terreno tiene una brusca diferencia de altura entre la vía pública y el lote lo que hace difícil el acceso a la vivienda. Esta singularidad, su marcado relieve, las características de su accesibilidad, la cantidad, calidad y posición de su arboleda fueron cuestiones determinantes de las decisiones fundamentales de proyecto. Por un lado la vivienda se planteó como un volumen compacto que pudiera ubicarse en el claro del bosque existente, afectando la menor cantidad de ejemplares. Dado que éste lugar coincidía con la cota más alta del predio, se decidió resolver todos los ambientes principales en ese nivel brindándole a los mismos una visión panorámica y la posibilidad de prolongarse hacia el exterior mediante generosas expansiones. Como consecuencia de esta primera decisión se propuso ubicar parte del programa (en este caso el sector de huéspedes) a un nivel inferior para tener una planta más reducida y resolver con esta función la diferencia de altura de la planta principal con el acceso al lote.
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