El diablo disfruta de la crisis

Claro está que si hay un sector que ganó siempre en nuestro país fue el financiero.

Seguro que también pensaste en el campo, pero no, todos sabemos que ellos nunca ganan y apenas sobreviven para acopiar todo esperando devaluaciones. Pará, volviendo al principio, si hay un sector que está integrado por la mayoría de buitres es el bancario. Dentro del sistema bancario pasa la mayoría del dinero que circula en el país. Desde el salario que cobra un maestro hasta las ventas que cobra una empresa. Es por ello que la orientación que tome resulta determinante en el devenir del país. Pensemos que el sistema económico que marca el funcionamiento del mundo supone que el rol de un banco es fundamental para el desarrollo de un país. Esto surge de que los ingresos de los agentes económicos de un país se canalizan –en parte– hacia el consumo, quedando el resto bajo la forma de ahorro. Las entidades financieras buscan captar esos fondos ahorrados y, a su vez, otorgar préstamos a las personas y empresas que demandan dinero para consumir e invertir. Es decir, por un lado el país consume y produce y por otro lado el país ahorra. Dos pilares fundamentales para el desarrollo. ¿Queda claro? Si analizamos lo que el sistema bancario presta en relación la PBI, no llega al 20%, y si lo comparás con países de la región, este ratio en promedio es más del 80%. Es decir, acá no te prestan guita. Arreglatelás como puedas.

Podríamos decir que en la década pasada ganaron mucha guita y fue el sector más beneficiado (para vos, fundamentalista K, que hablás de generación de trabajo), pero la plata que están haciendo en los últimos tres años no tiene comparación con ningún otro análisis. En ambos escenarios, la guita la ganan pero no la ponen al servicio de la producción. Pura especulación. Pensá que las condiciones financieras de la economía argentina atraviesan el mayor deterioro desde enero de 2014, como consecuencia de la devaluación, la inflación y las tasas de interés, pero sin embargo las bancos son los que más dinero ganan. Increíble.

Los bancos generaron hasta septiembre una ganancia de más de 26.000 millones de pesos, siendo más de un 260% mayor que el año anterior. Uno de los principales rubros para explicar el avance de las ganancias de las entidades fue el de ingresos por cobro de intereses en los préstamos. Sí, leíste bien. Contame vos cuánto ganaste en relación al año pasado. No te pegues un tiro. La info la obtuve de estimaciones del Banco Central publicadas en un informe reciente sobre la evolución del negocio de las entidades financieras. Los beneficios embolsados en agosto fueron un record para los bancos. Fiesta plena.

Lo más interesante es el cinismo con que se manejan. Uno puede pasarse escuchando las publicidades de todos los bancos que buscan “acompañarte” a concretar tus sueños, que te proponen tu primer auto, tu primera casa, te dicen que uses la tarjeta que suma puntos... no se puede decir que todo sumado no es convincente. Pero recordemos que ni los bancos le creyeron a Macri cuando le hicieron la corrida bancaria, para ganar más guita y para perjudicarnos a todos nosotros. Una de las políticas principales de este gobierno, y acertadas por cierto, fueron los créditos hipotecarios. Por primera vez, tuvimos una política seria que venía a dar solución al gran déficit habitacional de nuestro país. Básicamente los créditos se ajustan por una unidad de referencia que se denomina UVA (no me voy a poner técnico).

Con la última devaluación, generada en parte por el mismo sistema bancario, la UVA fue escalando, pero no es la única que escaló. En un país de tasas altas (muy altas, altísimas) los bancos pagan altas tasas por los depósitos en pesos que reciben, pero a la vez cobran tasas mucho más altas por el dinero que prestan; las tasas en tarjetas de crédito estarían por ubicarse arriba del 120% anual. Hasta acá llego el sueño de Marcos y Claudia de seguir sumando puntos con el Banco Galicia. Las tasas hoy te arruinan para producir y te arruinan para consumir. Lo peor de todo es que esto no tiene control serio.

Las entidades financieras cumplen un rol clave en la transferencia de remesas al exterior. Principalmente, de las ganancias generadas con la bicicleta financiera. De los diez bancos principales de la Argentina, seis son extranjeros y concentran el 70% de los depósitos del sistema financiero y poseen el 55% de los activos. Olvidate, te manejan el mercado. Además, mantienen en absoluta reserva el origen de estos fondos, los valores, su circulación y titularidad. Es decir que gran parte de la ganancia vuela y no la ves. No te la prestan tampoco y, si lo hacen, es impagable.

Claramente, hay muchas más cuestiones que criticar en este sistema bancario perverso que tenemos, pero realmente no podemos pretender desarrollarnos como país, si no destinamos los esfuerzos a producir y a generar fuentes genuinas de trabajo. No podemos tener un sistema que se nutre de las recurrentes crisis y que, cuando los problemas se agigantan, lo salva el Estado, y cuando los tiempos son fructíferos, se la guarda.

En cualquier país serio, o al menos que pretenda serlo, cuando la especulación financiera desplaza la actividad productiva deberían sonar las alarmas. Cuando la primera obtiene utilidades excepcionales y la segunda tiende a desaparecer, el diagnóstico es muy severo y las posibilidades de recuperación muy lejanas. O, tal vez, dentro de este esquema, imposible. Por eso es que en nuestro país el diablo disfruta de la crisis.