El gremio de los taxistas, en alerta

Ante la aparición de algunas unidades de Uber, cundió un principio de alarma en el sector de los clásicos techos verdes que brindan su servicio durante todo el año. La comisión directiva de la entidad que los nuclea ya hizo presentaciones ante las autoridades.

El presidente de la Asociación propietarios de Taxi de Pinamar, Daniel Sarubi, se refirió a la presencia de Uber y la competencia que se establecería, en el caso de que instalara en la región la modalidad del servicio que propone. Por ese motivo desde la comisión directiva de la entidad se presentó una nota en mesa de entradas del concejo deliberante con el fin de defender la fuente de trabajo.

“Lo habíamos estado hablando desde el martes pasado con parte de la comisión directiva; con Alberto Lamarque, de Fiscalización; el miércoles fuimos al Concejo para hablar con algunos concejales y el presidente del HCD; el jueves, reunión con el intendente, y el viernes presentamos por mesa de entrada un proyecto prohibiendo el sistema Uber en Pinamar, así como lo han hecho Villa Gesell y Mar del Plata. Voy a ver cuándo se puede tratar el proyecto porque hay una posibilidad de hacer una sesión extraordinaria y tenía la promesa de que ahí iba a ser tratado. Yo siempre confío. Siempre, cuando hay alguna puertita, hay que confiar; cuando se cierran, uno tiene que empezar a arbitrar los medios para ver cómo se pueden abrir, pero cuando las puertas se van abriendo, y toda esta semana esto fue ocurriendo, se avanza. Por ahí uno y los compañeros somos ansiosos, pero los tiempos de la política no son los mismos que los de la gente. Un grupo chico de compañeros cree que esto es rápido, y yo, como ya soy un viejo conocedor de cómo funciona el sistema político, ya tengo el ejercicio de qué hay que hacer para alcanzar el objetivo. Así que no me apuré sino que me ocupé de dar los pasos y hablar con todos”, explica Sarubi.

La preocupación del gremio tomó forma el fin de semana pasado, el de mayor cantidad de turistas, y por ende el de mayor trabajo, cuando aparecieron algunos autos, tres o cuatro el sábado, un poco más el domingo, y en total diez unidades con el correr de los días.

“Obviamente, como acá vinieron muy pocos autos, por ahí aparecían y por ahí no; tal vez pedías y no había. Para mí, vinieron a hacer una prueba piloto. Nosotros los teníamos como posibilidad, y como que apareció de repente y empezamos a tomar las medidas del caso. Unos pretendían algo mucho más rápido pero nosotros, como CD, tenemos que ser más equilibrados y tratar de buscar el diálogo y el consenso para que esto sea prohibido pero de forma ordenada porque nosotros no tenemos el poder de policía para salir a la caza de Uber. Para eso lo tiene el Municipio. Nosotros tenemos que arbitrar las medidas y las ordenanzas necesarias para que esté reglamentado y luego para exigirle a la Municipalidad que controle y, en este caso, si es algo prohibido, que secuestre el vehículo y sancione como debe hacerlo”, razona, y agrega: “Con Lamarque habíamos hablado telefónicamente el fin de semana pasado y la promesa era que a partir del lunes iba a hacer los controles. El martes lo fuimos a ver y nos decía que era un poco complejo sorprenderlos porque uno tenía que agarrar el vehículo en el momento en que tenía pasajeros. Él me dijo que podía hacer controles pero no llamar. Pasó la semana y el viernes hicimos un operativo conjunto: parte de la comisión directiva llamó para tomar un auto para que Tránsito haga el control pero, como fue un jueves a las 20.30, hora pico, estuvimos como 40 minutos y no tuvimos la suerte de que viniera”.