Se disputó la 15° edición de la clásica Terma Adventure Race

Por decimoquinta vez pasó la que hasta ahora es la fecha más importante para Pinamar en lo que hace a carreras pedestres.

En este caso, y para aquellos que aún no han tenido la oportunidad de cruzarse en alguno de los primeros domingos de cada mes de agosto de estos últimos quince años una horda de gente corriendo que invade cada rincón de nuestra localidad, les contamos que es una carrera de aventura.

Una carrera que toca cada una de las diferentes superficies que presenta como posibilidad nuestro partido. Playa, senderos, bosques, médanos, asfalto, césped del golf y, nuevamente, la playa.

Dura como pocas y subestimada en varias oportunidades por muchos, la Terma Adventure Race recorre 27 kilómetros extremadamente cambiantes y variados que exigen de igual forma que otros trazados en diferentes geografías pero con distancias aún mayores. Todo un reto.

En esta oportunidad casi 1500 almas conformaron una vez más un grupo extremadamente heterogéneo que iba desde los que forman parte de ese exclusivo y poco receptivo grupo conformado por los atletas de elite, hasta aquellos avezados y por qué no hasta incluso arriesgados que solo se atreven al recorrido con el solo objetivo de concluirlo, para en dicho proceso poder obtener una buena serie de selfies que justifiquen una buena sucesión de likes en la red social de preferencia del personaje en cuestión.

Y fue así como a las 9.30, puntualísimo como siempre, arrancó el malón desde Av. Bunge y Buen Orden en dirección a la playa para rápidamente girar hacia el norte, por la playa y hacia la zona de La Frontera, donde se adentró en los serpenteantes senderos del bosque pinamarense para terminar desembocando en pleno corazón de la prueba, que no es nada más ni nada menos que los mismos médanos.

Al final de la prueba, el resultante general acusó un trazado de una mayor dureza que de costumbre. Salvo para el ganador, Ignacio Ilarregui, de Ayacucho, que con un tiempo de 01 hs 56 minutos parece nunca haberse enterado de dicha dificultad; para el resto de los competidores la prueba se presentó con tiempos más lentos que ediciones pasadas. En parte por una playa de arena muy suelta al inicio, seguida por médanos bastantes movidos y senderos bastante revueltos al final.

El podio general individual se completó con Sebastián Irusta y Juan Gabriel Gabin, ambos de Buenos Aires, seguidos muy de cerca por Ricardo Arcas, de Villa Gesell, que pierde el tercer puesto en la última etapa del circuito.

Entre las mujeres nuevamente brilló Candela Cerrone, de Pinamar, que con un muy inteligente planteo de carrera dejó sin posibilidades a su perseguidora Virginia Galvez, de Buenos Aires, quedándose con el primer puesto al lograr completar el recorrido en 2 hs 30 minutos. El podio femenino se completó con Melisse Castaingts, de Buenos Aires también.

En las postas se destacó el equipo de la zona integrado por Brian Gauna, de Villa Gesell, y Cristian Hernández, Mauro “Luishi” Luján y Alexis Janus, de Pinamar, que fueron los primeros en cruzar la meta en 1 hs 54 minutos (cada uno recorre una etapa de aproximadamente 7 km).

Detrás de ellos, y cada vez en forma más continua a medida que la hora avanzaba, comenzaban a llegar todos los demás, de los más variados niveles y de lugares tan diferentes como remotos.

El marco para esta fiesta se presentó una vez más a pleno sol y con una temperatura más digna de una primavera que de un invernal agosto, invitando a cada uno de los allí presentes, corredores, acompañantes, familiares y curiosos, a permanecer expectantes hasta la hora de la premiación, previa al cierre en el cual los más chicos, de hasta 14 años, pudieron hacer lo suyo en una carrera de 3 km para no dejar de ser partícipes de este evento.

Pasó así otra edición de esta carrera, en la espera de que tanto esta misma el próximo año como otras nuevas competencias similares cada vez en forma más frecuente puedan tomar a este marco inigualable como lo es nuestra Pinamar como el escenario ideal para una apuesta como esta, que sin duda beneficia no solo a quienes se relacionan a esta actividad, sino que genera un afluencia de público decididamente interesante y sin duda invaluable para una localidad turística.

Foto: Gentileza de Víctor Conti