El psicoanálisis y las problemáticas actuales

Este sábado 8 se llevó a cabo, en el CIC de Valeria, la charla “La vigencia del psicoanálisis, sus aportes para la comprensión de las problemáticas actuales”; la disertante fue la Lic. Patricia Saks, reconocida miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina, quien trabaja con niños y adolescentes.

La charla fue organizada por la Lic. Adriana Ottaviano, y la Lic. Claudia Solino. Era abierta a la comunidad. Participaron profesionales de la salud de la región, tanto de Pinamar como de Villa Gesell y Gral. Madariaga.

La Lic. Saks tenía el propósito de que reflexiones sobre cómo se pueden pensar las distintas problemáticas actuales desde el psicoanálisis de Freud. Proponía volver sobre sus textos y, a partir de ello, pensar las patologías que más se presentan en la clínica actual. Y sobre todo en las instituciones, donde la mayoría de los allí presentes trabajaban.

Una de las temáticas que se desarrolló fue el juego infantil. En el texto Más allá del principio de placer (1920) Freud expone tres evidencias que cuestionan el imperio del Principio de placer en el aparato psíquico: los sueños de las neurosis traumáticas, el juego infantil, la neurosis de transferencia.

Para comentar brevemente, a quienes no conozcan de este tema, tomé un breve relato con explicación, de Guillermo J. Apolo, profesor de la Universidad Kennedy:

En el juego infantil, toma “el primer juego auto-creado” de un niño de un año y medio, su propio nieto. Cuenta Freud que este niño “...exhibía el hábito de arrojar lejos de sí, a un rincón o debajo de la cama, todos los pequeños objetos que hallaba a su alcance, y al hacerlo profería, con expresión de interés y satisfacción, un fuerte y prolongado “o-o-o-o”, que, según la interpretación de la madre y del propio Freud, significaba “fort” (se fue). Freud se pregunta por el sentido de esa “acción enigmática y repetida de continuo”, y deduce que se trataba de un juego en el que el niño no hacía otro uso de sus juguetes que el de jugar a que “se iban”. La observación que corrobora esta afirmación la lleva a cabo un día cuando el niño, que tenía un carretel de madera atado con un piolín, arrojaba el carretel detrás de la baranda de su cuna, haciéndolo desaparecer de su vista y pronunciando su “o-o-o-o”. Después tiraba del piolín y volvía a sacar el carretel de la cuna, “saludando ahora ante su aparición con un amistoso “Da” (acá está)”. Freud ubica en distinto nivel estos dos fonemas (fort y da) destacando que el juego completo consistía en “desaparecer y volver”. Pero, la mayoría de las veces el niño ejecutaba solamente el primer acto, “repetido incansablemente en calidad de juego, aunque el mayor placer –en relación con el principio de placer– correspondía al segundo”. Es decir, lo que se repetía como juego era el fort.
La interpretación que Freud hace de este juego apunta a la “renuncia pulsional (renuncia a la satisfacción pulsional) de admitir sin protestas la partida de la madre”. “Se resarcía –de esa ausencia– escenificando por sí mismo, con los objetos a su alcance, ese desaparecer y regresar”. Pero, a pesar de esta afirmación, el interés de Freud se dirige a otro punto. Es imposible que la partida de la madre le resultara agradable o indiferente. Entonces, ¿cómo se concilia con el principio de placer que repitiese, en calidad de juego, una vivencia que, para el niño era penosa? Se responderá, dice Freud, que jugaba a la partida porque era la condición previa de la gozosa reaparición, la cual contendría el genuino propósito del juego. Pero lo contradice la observación de que el primer acto del juego, el de la partida, era escenificado por sí solo y, en verdad con una frecuencia incomparablemente mayor que el juego íntegro con su final placentero. Esto nos permite arribar a una primera conclusión: Si el fort se repite con insistencia en calidad de juego, y el placer se corresponde con la reaparición del objeto, saludado con un jubiloso da, entonces juego y placer no se enlazan. Por lo tanto, el primer acto (el fort) estaría más allá del principio de placer, pues “no se concilia con el principio de placer que repitiese en calidad de juego esa vivencia penosa para él”. Con el segundo acto (el da) cesa el juego y alcanza el placer; placer que, para Freud, tiene que ver con la disminución de la tensión. Pero resulta que, el empuje de la pulsión no cesa y emerge como fuerza constante que causa el juego como modo de trabajo del aparato psíquico. Quiere decir que la renuncia pulsional, de la que habla Freud, tiene algo de paradojal, porque el empuje de la pulsión se desplaza e insiste como fort en la repetición del primer acto. Ahora bien, ¿qué dice Freud de esto? Señala que hay una repetición que no produce una satisfacción del orden del principio de placer, se trata de un empuje a elaborar psíquicamente una experiencia “impresionante”.

En la charla se habló de la elaboración que podía hacer el niño, con la ausencia de la madre, o el padre, a través del juego, a partir de hacerse partícipe y decidir él quién iba y venía, o cómo.

También, del problema que subyace actualmente, es difícil que alguien esté solo, ya que, a través de la tecnología, estamos casi todo el día siendo invadidos por distintas pantallas que nos brindan estímulos. Los niños no están exentos de esto. Desde bebés miran dibujitos o videos con canciones infantiles, y a veces la rapidez de la imagen hace que el aparto psíquico no tenga tiempo de elaborar tanta información.

Uno de los presentes hablaba sobre cuánto duran las imágenes en los dibujos animados, no más de cuatro segundos; los niños se acostumbran al permanente estímulo cambiante. Y yo pensaba en los niños que juegan varias horas del día a la Play, o miran dibujos, como actividad principal, alejados de los juguetes y del juego auto creado. Podríamos pensar que debido a ello, a veces, tienen problemas en la escuela para mantener la atención por varios minutos, logrando resolver una tarea…

Para concluir, comento que la idea es repetir las charlas mensualmente, abriendo un espacio de formación e intercambio para los profesionales. Algo muy necesario en ciudades como las nuestras, donde los centros de capacitación se encuentran alejados, y las obligaciones cotidianas hacen que las capacitaciones sean esporádicas.