Como muchas otras cuestiones, en la actualidad, el rol de los abuelos también se ha modificado. Del mismo modo en que la estructura familiar ha cambiado, por distintas condiciones sociales y económicas, los abuelos también lo han hecho.

Gran parte de las abuelas de hoy no son como las de antes. Suelen tener una vida más activa y mantienen una vida social, ya estén o no jubiladas. Los abuelos contribuyen con su experiencia, muchas veces colaboran con el cuidado de los niños cuando los padres no pueden hacerlo. Eso es beneficioso para los abuelos porque se sentirán más útiles, más considerados y más valorados. También para los niños, ya que se les enseñan valores familiares y mantienen el vínculo entre las generaciones. Las historias de familia les encantan a los niños y contribuyen en su desarrollo psicológico.

Sin importar qué tan joven o adulta sea una abuela y el nivel de compromiso que tengan sus hijos en su propia rutina, ellas jamás deben renunciar a tener vida propia. Ver a las amigas, hacer una actividad de su gusto, salir al cine… son actividades necesarias e indispensables. También, algunas quizás encuentren el tiempo que en otro momento no tuvieron para terminar esa carrera que querían realizar, u obtener ese título que tanto han anhelado.

Un hecho que se da, cuando es la abuela por parte paterna, es que la forma de criar puede ser distinta de la que recibió su nuera; en este caso, es mejor que no contradigan a su nuera en la crianza de sus hijos. Es difícil esta situación, pero es mejor intentar hablar sobre las cuestiones con las que no estamos de acuerdo. O preguntar por qué la otra persona lo hace así; quizás nunca estaremos de acuerdo, hay muchas cuestiones que quizás parecen frívolas pero que hacen a la cultura familiar. Una abuela o suegra debe mantener respeto y objetividad hacia la dinámica familiar que ha adquirido la familia que ha formado su hijo o hija, y a la vez debe ser clara hasta qué punto puede o quiere comprometerse con la labor del cuidado de los nietos mientras los hijos trabajan. La prudencia siempre será su aliada y le permitirá dar el mejor consejo cuando alguno de los hijos se lo pida.

Quienes hemos tenido una abuela compinche, sabemos lo que significa esa palabra en su máximo esplendor. Desde lo personal, mi abuela falleció hace once años, y aún la recuerdo casi a diario, con amor, y con cierta nostalgia en algunos momentos. Pero todo el amor y las enseñanzas que recibí de ella son invalorables, aprendí cosas buenas de la comida y del hogar, como muchas lecciones de vida, de errores ajenos y propios. Pero valoro el amor, por sobre todo, sentir que alguien te ama y te valora tal cual sos, es invalorable. Y tengo la suerte de que las abuelas de mis hijos están presentes también, y seguramente ellos sentirán algo similar.