Elige tu propia aventura

Esta semana hemos llegado a un punto de bifurcación, a una encrucijada por decirlo de alguna manera, a una situación disruptiva en nuestra vida política, económica y social.

Como aquella serie de libros juveniles de hiperficción exploratoria en los que el lector toma decisiones sobre la forma de actuar que tienen los personajes y modifica así el transcurrir de la historia pudiendo tener en cada decisión que toma un desenlace y una consecuencia diferente (los que los hemos leído y disfrutado entendemos).

Si bien en mi opinión la presunta intención original de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias era democratizar las elecciones internas de los partidos suponiendo que la elección fuese más limpia, dependiendo menos de la capacidad de movilización (porque el voto es obligatorio y si hay algo que sabe el peronismo es movilizar sin incentivos) y la fiscalización es más prolija, creo que no deja de ser un gasto innecesario y una pérdida de tiempo, ya que no funcionan como podría ser las primarias en Estados Unidos. Nos falta mucho para eso y creo que las viejas internas de los propios partidos estaban bien. Pero, en fin, eso es solo una opinión basada en ciertas observaciones del comportamiento y el resultado de las PASO en los años anteriores.

Como sea, en este fin de semana, volveremos a hacer cola en las escuelas, para un acto cuyo colofón será patentizar la encuesta más confiable (hagan sus apuestas) en función del round final de octubre. (Es como la previa de los chicos en la noche, antes de entrar al boliche. Lo bueno y verdadero vendrá después.)

Digo que nos jugamos el futuro de nuestro desarrollo porque entiendo que se enfrentan dos modelos diametralmente opuestos. Si bien coinciden en algo, que es la falta de transparencia, en muchos aspectos y casos de corrupción en otros, creo que nos ofrecen una forma de vivir y de gobernar diferente.

Hace más de un año y medio que se eligió cambiar. Se eligió romper con ciertos paradigmas estructurales políticos por otros que en base a las promesas nos llevarían a la prosperidad y al orden que tanto necesitamos y que nunca supimos conseguir (si sos de los extremistas que piensan que estábamos bien y de repente mal, evidentemente no transitaste nunca el interior del país, el segundo cordón del conurbano o bien los asentamientos en los pueblos). Todos ellos tienen un elemento en común a la hora de emitir sufragio (a buen entendedor, pocas palabras).

Pensaba y recordaba cuando estudiaba en la facultad en una materia llamada Sistemas, la cual hizo que entendiera mucho más el funcionamiento colectivo y las consecuencias que genera cualquier cambio. Todos sabemos que el cambio es un proceso natural que viven todas las organizaciones, y nuestra sociedad no escapa a ello. La teoría general de sistemas hace referencia a que todos los sistemas abiertos necesitan estar constantemente cambiando para derrotar a la entropía y poder seguir funcionando de forma efectiva. Sin embargo, demasiado a menudo la reacción de las personas es irracional e impredecible. La resistencia al cambio proviene del miedo a lo desconocido o por la expectativa de pérdida de los beneficios actuales (¿te suena conocido? ¿cuáles beneficios?). ¿Cómo poder entender que gente que no ha podido progresar desde lo social, desde lo económico y desde lo educacional, siga votando a los mismos de siempre? ¿Cómo entender que el sistema político esté tan corrupto y tan inserto en parte de la sociedad, que la voluntad personal de elección sea manipulada por incentivos oportunistas? Esto claramente es un modelo político con el cual parte de la sociedad está de acuerdo y asiente. Ahora bien, desde mi punto de vista no nos lleva a lo que necesitamos como sociedad. No podemos esperar en poco tiempo lo que no se hizo en mucho.

Ahora bien, nosotros, en nuestro principado, también tenemos nuestras alternativas y es lo que más debemos analizar porque es lo que nos afecta directamente y en lo inmediato.

Claramente sé a quién no votaría. Sé quiénes lucran con la necesidad de nuestros vecinos, siendo oportunistas en momentos de mayor necesidad. Sé quiénes salen a recorrer las calles con la ayuda de Google Maps. Sé quienes ofrecen incentivos a cambio de votos, por el solo hecho de beneficiarse en la contienda electoral. Sé a quién no votaría. Never.

Pero lo que quiero que pensemos es a quién sí votaríamos y qué consecuencias tendría nuestro voto. Cada voto vale uno, y cada voto es importante. El acto democrático del voto no se debe perder nunca, independientemente de a quién elijamos.

Creo que debemos analizar a los candidatos en su totalidad. No solo a qué partido político pertenecen. Porque, de ser así, siempre será mas fácil criticar al gobierno de turno, quien es el que hace, o al que está detrás de una banca controlando, culpándolo de falencias que escapan a su accionar institucional. Este gobierno municipal creo que ha tenido grandes aciertos como también ha tenido grandes errores. Siempre destaco la Secretaría de Gobierno, a cargo de “Willy” Benítez, Hacienda, con Juan Ibarburen, Facundo Benítez en Frente Marítimo, la atención del hospital, parte del personal de Planeamiento con todas las obras que se llevan a cabo. Ahora, seguimos esperando mejores resultados en Turismo (con una secretaría con poco presupuesto, que es utilizado en casos hasta para pagar la recolección de basura), Acción Social, Servicios Urbanos, Seguridad en Playas. Todos estos últimos, con deudas pendientes para Pinamar. El HCD oficialista y sus aliados políticos tuvieron una gestión regular a mala (ver proyectos presentados y ver votaciones).

También uno no es necio y puede observar el nivel de obra pública que estamos recibiendo, la cantidad de cosas que se están haciendo y se están por hacer. Creo que Pinamar no tuvo nunca este nivel de obras y es lo que nos va a llevar a levantar de a poco el nivel que alguna vez tuvimos. Los que critican por criticar… esa actitud habla más de ellos que de quienes critican.

Ahora bien, como dice nuestro amigo el hombre araña, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Acá creo que debemos hacer el análisis barajando todas las cartas que tenemos. Debemos tener un HCD equilibrado, donde tengamos una oposición que pueda exigir al Ejecutivo que rinda cuentas y que pueda controlar. De nada sirve como institución democrática tener una mayoría o bien una presidencia obsecuente como la que tenemos, para poder gobernar desde el doble voto. Tampoco sirve tener una oposición que obstaculice todo basándose en algún modelo que no tuvo éxito alguno.

Cuando digo que debemos analizar, no solo son los candidatos, con sus proyectos, sus antecedentes, sus participaciones en la comuna, sino cómo quedará conformado el Concejo después de octubre. Si bien falta, esto es el puntapié para definir nuestro futuro.

Este domingo empezamos a jugarnos el futuro.

Nosotros somos responsables de nuestras decisiones y cada vez somos más responsables de elegir nuestra propia aventura. This is it.