Fue noticia del día y con el transcurrir de los días es como que esta experiencia se va estirando en suposiciones y certezas. Lo cierto es que Zu López, tal cual se la reconoce en Pinamar, circulaba con su bicicleta cuando divisó la inequívoca imagen de un fajo de billetes de mil pesos, el papel moneda de mayor circulación. Se detuvo, lo levantó y lo primero que hizo fue dirigirse a la casa de su hermana ya que el hallazgo la había conmocionado por lo sorpresivo pero no porque alterara sus convicciones.

Zu admite que aún está emocionada por lo ocurrido y por toda la energía que se trasmuta en un ida y vuelta constante más allá de la plata, porque ella está más allá. Reconocida militante de la meditación y el reiki, su conducta no es más que la expresión de su pensamiento.

“Uno tiene que ir sacándose capitas y cocreando el día a día. A mí la palabra lucha ya no me gusta, no me parece apropiada, así que buscaré otro término que la suplante, porque en realidad al universo no hay que decirle esa palabra porque si no es una continua lucha y la vida no lo es” –explica y continúa con su relato de aquel día en que se produce esta experiencia transformadora: “Cuando yo iba en la bicicleta y veo todo ese dinero junto, primero fue una sorpresa y luego me dije ‘todo vuelve’”.

Y fue así porque el dueño del dinero la recompensó por haberse preocupado de devolver la suma y la comunidad que la conoce se ha acercado para felicitarla para darle la mano porque más no se puede en tiempos de pandemia.

Luego del encuentro con su hermana, Zu se quedó esperando una horas para ver como daba con el verdadero dueño del dinero hasta que su propia hermana le menciona una publicación en Facebook donde una persona hacía público el extravío.

“Es el dinero de otra persona, no era mío. Así que lo devolví” repasa mientras recuerda el momento de la devolución y el reconocimiento.

Zulma López fue noticia y su accionar será recordado, lo cual en una época en que huelgan los buenos ejemplos no es poca cosa.