Fin del tiempo cuaresmal y comienzo de Semana Santa

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz.

El próximo 10 de abril, con el Domingo de Ramos, empieza oficialmente para la Iglesia Católica la Semana Santa. La denominación correcta sería “Domingo de la Pasión del Señor” y también “Domingo de Hosanna”.

La fecha recuerda a Jesucristo cuando realizó la entrada triunfal a Jerusalén montado en un humilde y servicial burrito para dejar como enseñanza que no se debe ser soberbio ni vanidoso, ya que los caballos estaban reservados para los monarcas.

Sin embargo, a su paso lo alabó una multitud que lo aclamaba como Rey con cantos y palmas o ramos de olivo, el árbol autóctono del lugar donde Él vivía.

El papa Francisco, como es tradicional, rememorará ese pasaje bendiciendo las palmas y los olivos. Es el ritual que da comienzo a las ceremonias litúrgicas en todas las parroquias.

El Domingo de Ramos tiene para los cristianos un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, porque Cristo iba hacia la muerte para la salvación de todos los hombres.

Los días de la Semana Mayor que van hasta el Jueves Santo pertenecen al “tiempo cuaresmal” y están caracterizados por los últimos acontecimientos de la vida del Señor.

El 12 de abril, que este año toca martes, fue el día más difícil para Jesús, exceptuando el Viernes Santo de la Pasión.

Notablemente afectado, confesó a sus discípulos que dos de ellos tendrían para con él dos acciones de infidelidad y falta de lealtad que, seguramente, en su condición de hombre, terminaron hiriéndolo.

El Jueves Santo está caracterizado por esta frase que pronuncia Jesús cuando se entrega anticipadamente: “No hay mayor amor que dar la vida por los amigos”.

Esta jornada, en la que se realizan numerosas manifestaciones religiosas, evoca la última cena de Jesús, la institución de la Eucaristía y el Orden Sacerdotal.

En el banquete eucarístico que tendrá lugar con la Misa Crismal se manifiesta el sentido de la comunidad eclesial en torno del obispo que preside la celebración, consagra el Santo Crisma y bendice los óleos.

Todos los sacerdotes, en comunión con el obispo y ante el pueblo fiel, renovarán las promesas sacerdotales e instarán a la comunidad a ofrecer alimentos no perecederos a través de Cáritas a los hermanos que sufren carencias económicas.

Llega así el Viernes Santo, de ayuno y abstinencia.

Como todos los años, en la explanada de la Iglesia Nuestra Señora de la Paz se representa, a las 20, el Vía Crucis Viviente.

En el Vaticano, por la tarde el Sumo Pontífice presidirá la Liturgia de la Palabra, la Adoración de la Santa Cruz y la Santa Comunión en la Basílica de San Pedro, y en la noche asistirá en el Coliseo al pío ejercicio del “Vía Crucis”, al final del cual dirigirá sus palabras a los fieles e impartirá la Bendición Apostólica.