“Furia Feminista”

Así recita un cartel en la marcha por ella. Micaela García, una menos. El final que no queríamos. “Furia Feminista” no es poco. Es energía acumulada. Es decirlo y repetirlo mil y una veces sin ser escuchadas. Es frustración y dolor por miles y miles de ellas. Micaela García hoy es Wanda Taddei, Natalia Rivero, Julieta Mena, Ángeles Rawson, Rocío Juárez, Mara Mateu, Candela Rodríguez, Yanela Medina y… 290 más solamente en 2016 (Lucía Pérez, de Mar del Plata, Vanina Zocco, de Pinamar, incluidas). Micaela García mañana puede ser tu hija, tu nieta o la mía. Por eso la furia. Por eso y tanto más… el feminismo. Hoy todos somos el dolor de los padres de Micaela y la furia por el accionar de Rossi. Pedimos cadena perpetua a Wagner y enjuiciamiento al juez. El Poder Judicial tiene la oportunidad de generar confianza porque acá se puso de manifiesto que las leyes no alcanzan y el “criterio del juez” tampoco. Que hace falta la mencionada (hasta el hartazgo) “perspectiva de género” en todos los sectores. Y nosotros, como sociedad, también debemos reflexionar y accionar. Porque cuando callamos, subestimamos, menospreciamos, miramos nuestro ombligo con egoísmo severo mientras a nosotros no nos pase… ni a nadie cercano o conocido, también estamos permitiendo que pase. Podemos hacer mucho desde nuestro propio lugar. Apoyar las marchas, participar de charlas, proponer debates en las escuelas, prestar atención y colaboración a los reclamos de las ONG y voluntarias que se dedican a la temática, hablar en casa, con nuestros hijos, sobre machismo y violencia de género, revernos… repensarnos… rehacernos. Hay casos locales de mucha gravedad, tanto de violencia de género como de abuso sexual infantil. Y el sistema sigue mostrando la cara oculta y feroz del machismo, la de los hombres de poder que compran impunidad. La de los agresores libres que caminan aún por Pinamar. Mientras tanto las víctimas se descascaran, marchan aún pero resquebrajadas y re-victimizadas sin justicia cierta. Marchan y esperan de juzgado y fiscalía una respuesta reparadora. También están las faltas: la casa refugio para mujeres y niños víctimas de violencia, la Comisaría de la Mujer paupérrima y sin móvil, la Mesa Intersectorial de Mujeres que se esfumó, la desconexión y falta de apoyo del Estado municipal a las ONG que se ocupan de la temática…

Sentir furia feminista por cada mujer menos… ¡es estar vivos como sociedad! Y saber que, a mayor desafío, mayor compromiso.