Gerardo “Tato” Young, en la apertura de febrero

El último libro del periodista es una clara mezcla de un trabajo de investigación serio y de un manejo literario de un tema que dista en mucho de convertirse en una larga lista de nombres y sucesos.

El reconocido periodista presentó Los Horribles, su último libro, el pasado martes 4 de febrero, desde las 20 en el Teatro de la Torre, con acceso libre y gratuito, como ya es habitual. En la obra autor cuenta detalles de “operadores, espías y otras miserias de la política y el periodismo”.

Detrás de muchas de las decisiones más trascendentales de la política se esconden los operadores del poder. Desconocidos para el gran público, Los Horribles atienden en confiterías o en hoteles de lujo y tejen los acuerdos que la política no se anima a hacer en público. Son lobbystas, en el mejor de los casos. O traficantes de información sensible. O jefes de patotas al servicio del mejor pagador.

Por primera vez, un periodista que los ha tratado durante veinticinco años nos cuenta quiénes son. Entre los espías de los bajos fondos o ministros sin cartera, están los más notables, como el “Coti” Nosiglia, Galimberti, el “Corcho” Rodríguez y el “Tano” Angelici, monje negro de Mauricio Macri.

En un electrizante thriller político, Tato Young retrata de manera magistral la red de influencias que somete a buena parte del poder permanente: la justicia, la policía, la Agencia Federal de Inteligencia, los Consejos de la Magistratura y múltiples unidades de negocios.

Después de haber revelado la trama secreta de los servicios de espionaje y de la corrompida Justicia federal, Young elige el tono personal: su investigación también es la historia de un periodismo que ha ido mutando desde las redacciones cargadas de bohemia hasta la dinámica de las redes sociales. Mientras su mundo laboral y personal se altera a una velocidad desconocida, hay algo que se resiste. Es más, esta característica de describir la atmósfera de las antiguas redacciones nos muestra la esencia del periodismo artesanal.

Son ellos, Los Horribles, los encargados de manipular la realidad para definir los destinos de un país y asegurar su permanencia.