Había una vez una princesa…

Que encerrada en lo alto de una torre, esperaba ser liberada por un príncipe…

Que al morir su padre obedecía al maltrato de sus hermanastras… limpiaba y cocinaba…

Que se pinchó un dedo y solo el beso del príncipe… podía despertarla del letargo…

Crecimos con estos cuentos, novelas, series de tv, y tantas otras manifestaciones de la “cultura” que son representaciones con los cuales nos identificamos. ¿Quién duda de la influencia de estos símbolos en nuestra niñez? Un libro es un disparador de estímulos e imaginación, por eso la importancia, tan mencionada por profesionales, de generar el interés por la lectura en nuestros hijos. La escuela nos ayuda mucho con las diferentes propuestas semanales, pero está en nosotros el lograr incorporarla en casa como un hábito placentero y divertido. ¿Qué ofrecerles en esta nueva realidad que nos convoca? Editorial Planeta acaba de lanzar un “rompe esquemas” infantil. Se trata del libro Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, recientemente editado en español y que llega a nuestro país después de un año de una exitosa edición en inglés. Sabrina Díaz Virzi lo describe para Clarín: “En una reinvención de los cuentos de hadas, las historias comienzan con el ‘había una vez’ y cuentan de qué manera distintas mujeres reales, de ayer y de hoy, cambiaron el rumbo de sus vidas y dejaron una huella. Se rebelaron contra lo establecido, eso que les decía que por ser mujeres debían comportarse de una determinada forma: como la niña que escapó de un matrimonio arreglado, otra que se enfrentó al dictador de su país y pasó más de 20 años presa en su propia casa, o las cholitas escaladoras que desafiaron a las montañas. Hay faraonas, científicas, piratas, guerreras, cantantes, emperatrices y atletas que se animaron a pensar (y hacer) distinto y cambiaron las cosas. Sus autoras, las treintañeras Elena Favilli y Francesca Cavallo, se dieron cuenta que el 95% de los libros y programas de televisión con los que crecimos, carecían de chicas en posiciones destacadas. Hicieron algunas investigaciones y descubrieron que esto no cambió mucho en los últimos 20 años, así que decidieron hacer algo al respecto. Los chicos no nacen pensando que las niñas son inferiores a los niños. Les enseñamos a pensar de esa manera”. El mundo que construimos está cambiando y, con él, las manifestaciones culturales. La mujer es ahora protagonista de su propia historia. Es hora de cambiar el cuento…