Hot sale my ass

Esta semana se celebró en nuestro país el Hot Sale. Puntualmente los días 16,17 y 18. Si tuviste la desgracia de caer en la educación pública o sos camporista, te cuento que esto es un evento organizado por la Cámara Argentina de Comercio Electrónico en el marco del Día Mundial de Internet.

Inicialmente se pensaba para los chicos Pro y solamente en el rubro electrónico, pero esto fue mutando. Durante estos días, técnicamente se prometían descuentos de hasta el 60% en muchos rubros, fundamentalmente electrónica, turismo, indumentaria, alimentos y bebidas. Digo se prometían porque entiendo que no fue así en muchos casos, y nuevamente se engañó al consumidor.

Pensé realmente que con la rebaja de casi un 40% de las computadoras y celulares ensamblados en Mozambique y con componentes hechos en La Palangana que el gobierno se vanaglorió de obtener alcanzaba, pero no fue así. Posta, querés desarrollar un país y la tecnología que ofrecés es del quinto mundo. Bananeros, nuevamente. (Obvio que no los del gobierno con sus iphone.) Por otro lado y mucho más importante es el tipo de transacciones que se están realizando. Lo que quiero remarcar inicialmente es que si tenemos que recurrir a un evento de este tipo para comprar mercadería o llenar el changuito, estamos en el horno. Pensá que lo que más demanda está teniendo son los alimentos y no solo por el descuento (que no lo es) sino por la financiación. Onda, aflojen un poquito Tarjeta Naranja. Eso demuestra lo que estamos viviendo y hacia dónde estamos yendo. Vos, que no dependés del jugoso sueldo que cada cuatro semanas te depositan en tu cuenta, querés financiar el supermercado en cuotas, entonces, lo hacés, pero si tus ingresos no alcanzan, en un punto, no vas a tener más para financiar y no podrás pagar la tarjeta, con lo cual tendrás que pagar el mínimo y refinanciar. Te cuento que pagar el mínimo de la tarjeta de crédito es como votar para que un contingente de viaje de egresados gobierne un Municipio. Al principio, festejás con globos y zafás del problema pero, al final, la cuenta es impagable y ya es tarde.

La realidad es que para las empresas que venden sus productos, también se trata de una excelente oportunidad, en vista de que venden en dos días lo que usualmente comercializan en un mes, cuadruplicando con ello su volumen de operaciones diarias. Bien argento, laburamos dos días para zafar el mes. Parecemos funcionarios.

El comercio electrónico en la Argentina ha crecido a pasos agigantados en los años recientes. En los últimos doce meses el incremento fue de 70% y se espera el mismo nivel de avance en 2017. Se calcula que en esta oportunidad se registraron más de un millón de operaciones.

Ahora bien, hasta acá, todo claro, menos las ofertas. Dijimos que cuando sale el Hot Sale, salen los precios rebajados, pero la realidad es que sale a la vista más de una estafa de empresas a los consumidores. Te publican el precio actual de lista, con un descuento súper atractivo, que te da un precio en teoría irresistible. Si sos como yo, al mejor estilo Lita de Lazzari, y estás con los precios en la cabeza, por lo pronto te llaman la atención las publicaciones.

Previendo lo que suponía que iba a suceder, la semana pasada me tomé el trabajo de comparar 16 artículos, de mi interés, y lo volqué a una de mis planillas diabólicas de Excel. Luego comparé el mismo producto, del mismo proveedor, durante el Hot Sale. Lo que determiné con esta mini estadística, que no sirve para nada y es absolutamente a los fines de marcar una tendencia, es que más de la mitad (la mitad es el 50%, alumno de escuela pública del Pro) habían remarcado sus precios para que luego de aplicarles el descuento estuvieran más caro que la semana previa.

WTF! Really?! Es así. Los vivos de siempre, los perdedores de siempre. Porque lo que digo es que mucha pero mucha gente adquirió estos productos, engañada por lo tentador de la oferta, pero no hizo tal negocio.

Si bien hay varios que sí se comportaron como hombres de bien y realizaron ofertas y cumplieron con rebajas, no todos fueron así. Lo que más sirvió, entiendo, fue la financiación en 12 y 18 cuotas promedio de bienes de consumo durables y viajes y turismo (quedó demostrada otra pésima decisión del gobierno, producto del lobby bancario, como fue el sinceramiento de precios).

En fin, creo que la eterna discusión de los márgenes de precios, los intermediarios en la formación de los mismos, la cadena de valor y el precio final de góndola como factor de especulación será lo que debamos tratar de sincerar y entender que no hay economía que resista, con un comportamiento empresario de este tipo y con una demanda en cierto punto ignorante y en cierto punto rehén del mismo mercado. Hot sale my ass