III Jornada mundial de los abuelos y de los mayores

Equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz

En torno a la fiesta de los santos Joaquín y Ana (29 de julio), los abuelos de Jesús, el papa Francisco convocó el domingo 23 de julio la III Jornada mundial de los abuelos y de los mayores con el lema “Su misericordia se extiende de generación en generación”.

En el mensaje el santo Padre destacaba que “el Señor desea que no dejemos solos a los ancianos, que no los releguemos a los márgenes de la vida, como por desgracia sucede frecuentemente”. Justamente a partir del lema, tomado del encuentro de la joven María y la anciana Isabel, embarazadas, relatado en el Evangelio según san Lucas, nos ayuda a ver cómo Dios nos quiere ayudar en nuestras relaciones entre generaciones: “El Espíritu Santo bendice y acompaña cada encuentro fecundo entre generaciones distintas, entre abuelos y nietos, entre jóvenes y ancianos. Efectivamente, Dios desea que, como hizo María con Isabel, los jóvenes alegren el corazón de los ancianos, y que adquieran sabiduría de sus vivencias”.

Una especial invitación a los jóvenes: “El Señor espera que los jóvenes, al encontrarse con los ancianos, acojan la llamada a custodiar la memoria y reconozcan, gracias a ellos, el don de pertenecer a una historia más grande. La amistad con una persona anciana ayuda al joven a no reducir la vida al presente y a recordar que no todo depende de sus capacidades. Para los más ancianos, en cambio, la presencia de un joven les da esperanza de que todo lo que han vivido no se perderá y que sus sueños pueden realizarse”.

¡No todo se puede hacer enseguida! “Para acoger mejor el estilo de actuar de Dios, recordemos que el tiempo tiene que ser vivido en su plenitud, porque las realidades más grandes y los sueños más hermosos no se realizan en un momento, sino a través de un crecimiento y una maduración; en camino, en diálogo, en relación. Por ello, quien se concentra sólo en lo inmediato, en conseguir beneficios para sí rápida y ávidamente, en tener ‘todo enseguida’, pierde de vista el actuar de Dios. Su proyecto de amor, por el contrario, atraviesa pasado, presente y futuro, abraza y pone en comunicación las generaciones. […] Para los más jóvenes se trata de ir más allá de esa inmediatez en la que se confina la realidad virtual, la cual muchas veces distrae de la acción concreta; en el caso de las personas mayores se trata de no hacer hincapié en las fuerzas que decaen y de no lamentarse por las ocasiones perdidas. Miremos hacia adelante. Dejémonos plasmar por la gracia de Dios que, de generación en generación, nos libra del inmovilismo en el actuar y de los remordimientos del pasado”.

En nuestra parroquia, grupos de laicos, ministros de la comunión, visitan cada semana los hogares de abuelos, para encontrase con ellos, conversar, y realizar una celebración para que se unan a Jesucristo en la Comunión Eucarística.