Inicio con temas diversos

Son los que marcaron el principio de una semana de mucho trabajo en el Concejo Deliberante. Una vuelta de tuerca al tema foodtrucks, el uso compartido del Polideportivo y un espacio para aprender a conducir de manera segura en la playa fueron el eje del diálogo.

La semana legislativa comenzó con el tratamiento de varios temas, como suele ocurrir, dentro de los que resaltan algunos por evaluar cuestiones que van un poco más allá de una problemática puntual, como lo fue un nota presentada por Asociación Empresaria Hotelera y Gastronómica (AEHG), que pidió algunas modificaciones para la ordenanza sancionada meses atrás, a fin de dar resolución a la temporada para los foodtrucks, y que sin dudas habrá que analizar con miras a una reglamentación de carácter permanente en la materia.

Siendo un tema ríspido para el sector productivo de Pinamar, siempre se intenta limar asperezas, cuidando que todo el mundo esté conforme, y hasta la fecha no se ha trabajado en la cuestión con una mirada más profunda. Una idea soltada en medio de la Comisión de Turismo por el concejal Javier Pizzolito podría ser el puntapié inicial de este análisis que Pinamar como municipio turístico se debe: ¿cuál es la idea? ¿Penalizar o potenciar este tipo de comercios? Porque, sin dudas, ambas variables son posibles, dependiendo de cómo se decida encarar la cuestión. Desde los sectores gastronómicos siempre ha habido cierta reticencia contra estos negocios con ruedas, ya que se los ve como “el enemigo”; sin embargo, para el área de Turismo, situados en eventos podrían ser un elemento atrayente, distinto de lo que Pinamar suele ofrecer, y que además tendrían la ventaja de generar un “derrame” de público, que de otra manera ni siquiera se acercaría. El debate quedó abierto en la última reunión de comisión, puesto que aún falta analizar muchos aspectos, pero sin dudas quedó una ventana abierta a la discusión, que podría cambiar el paradigma de la oferta pinamarense al turista que nos visita. Sin embargo, no que hay que olvidar que los gastronómicos nunca hablaron de prohibición y sí de trabajar en un plano de igualdad.

Otro de los temas tratados fue la realización de eventos deportivos. En este caso, ir y venir de declaraciones entre los titulares de Lidepi (liga de futsal) y los directivos del área de Deportes, por el uso del gimnasio cerrado del Poliderportivo Municipal, generó un nuevo debate. Más allá de las peripecias entre ambas partes del “conflicto”, lo que sale a la palestra al escuchar a los funcionarios (secretario de Deportes, Alejandro Apesteguía y al director de la misma área, Santiago Cornide) es la necesidad irrefutable de un nuevo gimnasio cubierto.

Siempre se habla de quebrar la estacionalidad y, como solución mágica a esta necesidad, se plantea la generación de eventos convocantes; sin embargo, lo que salta a la vista con este tipo de situaciones es que aún no se trabaja en la infraestructura necesaria para que los “eventos” sean bien recibidos. Porque los funcionarios del área de Deportes dejaron claro que no hay malas intenciones, sino que el espacio es limitado y se reparte entre varias actividades, muchas de las cuales tienen prioridad ante este tipo de eventos, como las escuelas municipales. Sin dudas, no podemos dejar de lado a nuestra población en pos del turismo, una cosa no debe dejar de lado a la otra, y para que esto suceda habrá que analizar la posibilidad de generar nuevos espacios, para que ambas puedan seguir llevándose a cabo.

Muchos fueron los temas tratados al comenzar la semana; entre ellos una última visita reveló una nueva falla pinamarense. La Comisión de Seguridad recibió al Osvaldo Mohiño, quien realiza una campaña de concientización de tránsito vehicular y manejo en la arena de manera sustentable (expediente 4123-2499/12). El vecino, experto en la materia en cuestión, se acercó, puesto que años atrás había hecho la petición de un espacio para hacer campañas de concientización en Cariló, el Honorable Concejo Deliberante había pedido al Ejecutivo un dictamen sobre la viabilidad de esta solicitud y el año pasado, el expediente fue pasado a archivo en la Secretaría de Seguridad. Al escuchar al peticionante, nuevamente surgió la necesidad de trabajar en el tema, una vez más teniendo en cuenta el delicado equilibrio entre proteger el paisaje y sostener un elemento turístico que ha caracterizado a Pinamar durante todos sus años de vida. La problemática quedó en la mesa para continuar su trabajo, por lo que se decidió pedir el desarchivo, pero sobre todo abrió un debate que sin dudas Pinamar de debe en profundidad.

Está claro que quedan muchos temas pendientes, que muchas veces lo urgente va tapando lo necesario y con el tiempo va quedando debajo de la alfombra. Tal vez sea tiempo de hacer limpieza y empezar a trabajar en las cuestiones de fondo, a fin de renovar un destino turístico que cada vez tiene más competencia.