La almohada, un elemento clave para un buen descanso

Es sabido que la almohada afecta directamente las cervicales y, en consecuencia, toda la espalda.

Hay múltiples articulaciones, ligamentos y músculos en los que se acumulan tensiones durante todo el día y, para que estas estructuras se relajen durante las horas de sueño que tiene la persona, deben permanecer en una posición cómoda.

Más aún si se considera que en la actualidad cada vez se reduce menos el tiempo que se destina a dormir.

Para un buen descanso, los dos factores que hay que tener en cuenta en el momento de elegir una almohada son la altura y la firmeza.

Pero es importante saber que no existe una almohada ideal para todas las personas, sino que las recomendaciones varían según la postura del cuerpo cuando se descansa.

Si duermes de lado, hazlo mejor con una almohada grande y gruesa que sirva de puente entre tu colchón y tu almohada, manteniendo el cuello y la cabeza alineados con la columna vertebral. Las almohadas que sirven para dormir de lado deben ser firmes o de tipo medio.

Las personas que duermen de espalda necesitan una almohada de tamaño mediano que ofrezca suficiente apoyo para la cabeza y el cuello. La altura no debe ser demasiada, si no inclinaría la cabeza demasiado hacia delante, ni tampoco demasiado baja porque extendería el cuello e inclinaría tu cabeza hacia atrás. Firmeza media es ideal.

Los que duermen boca abajo necesitan muy poco apoyo, por lo que debes elegir una almohada plana relativamente suave. Es necesario levantar la cabeza del colchón lo suficiente para alinear el cuello y la columna vertebral.

Para los que roncan, la mejor posición para descansar y evitar dolores de espalda y problemas respiratorios, según recomienda los especialistas en otorrinolaringología, es la de cúbito lateral o fetal: de lado y con la columna recta. Para ellos existen almohadas especialmente diseñadas, que obligan a quien las usa a adoptar una postura de lado y evitar con ello el cierre de la via respiratoria.

¿Cada cuánto tiempo necesito una nueva almohada?

Como todo, las almohadas se desgastan con el tiempo y pierden su eficacia. El promedio de vida de una almohada es de alrededor de dos a siete años, dependiendo de la calidad.

Aquí está una prueba rápida para ver si la almohada todavía hace su trabajo:

  • Doblá tu almohada por la mitad.
  • Poné un zapato u otro peso ligero en la parte superior de la almohada.
  • Soltá la almohada.

La almohada se debe doblar de nuevo a su forma, lanzando el zapato. Si no, la almohada ha perdido su forma, firmeza y apoyo, por lo que deberías considerar su sustitución.

Tipos de almohadas

Las almohadas se rellenan con una gama diferente de materiales, cada uno con sus propias propiedades:

  • Plumas: crea una almohada firme y mantiene una buena forma; es ajustable.
  • Plumón: más suave y a menudo más caro que las plumas normales; proporciona firmeza media.
  • Espuma viscoelástica: firme, pero se ajusta a los puntos de presión, moldeado tu forma alrededor de la cabeza y el cuello.
  • Lana: media a suave. Un buen regulador térmico manteniendo una temperatura no demasiado caliente o fría.
  • Algodón y poliéster: menos costosa que la lana, a menudo la firmeza está entre media y blanda.