La biblioteca Manuel Belgrano retoma las actividades presenciales

La institución empezó a realizar actividades semanales de forma presencial en sus instalaciones, y por una cuestión protocolar se dispuso un aforo máximo de 8 personas.

Luego de varios meses con limitaciones por las restricciones de la pandemia, a partir del 1 de marzo la Biblioteca Manuel Belgrano volvió a recibir a sus socios en sus instalaciones. La institución funciona con un aforo limitado, y apuesta a realizar talleres semanales para acentuar nuevamente el regreso de las actividades presenciales.

La institución tuvo que esperar casi siete meses desde que se habilitó la actividad -el 20 de julio del 2020- para volver a realizar sus actividades habituales. Al igual que las clases presenciales, la biblioteca retomó la actividad con determinados protocolos de prevención. Se dispuso un aforo máximo de 8 personas, con su respectivo escritorio y distanciamiento entre uno y otro, instalaron acrílicos de contención y distribuyeron alcohol en gel en cada sector.

“Hace cuatro meses que no nos permitían la apertura. Nosotros ya habíamos enviado todos los protocolos. Por suerte nuestra biblioteca es muy amplia, así que teníamos espacio y podíamos recibir a la gente a partir del 1 de marzo. Antes no lo podíamos hacer”, explicó la bibliotecaria del turo mañana, Marilin Coronel.

“Nosotros abrimos con los protocolos necesarios el 20 de julio. Nos manejábamos con turnos para que los socios no se acumulen afuera. Tenemos un público bastante mayor y no queríamos que esperen con las condiciones climáticas de invierno. Hicimos un listado de turnos y que nos vayan pidiendo los libros de antemano. Fue lo primero que podíamos hacer: devolución y préstamos de libros”, recordó.

A medida que avanzaron los meses, la institución permitió el ingreso a las estanterías -con guantes o alcohol en las manos- y, para evitar el contacto con los libros, se dispuso una persona en las estanterías por si quería otro que no estaba en el catálogo.

“Con los protocolos era tediosos al principio, hoy en día es más normal. Uno ya los tiene incorporado”, expresó la bibliotecaria. “Cuando no podíamos recibir gente, también los llevábamos a las casas para aquellos que no se animaban a venir”, contó.

Con la apertura de las actividades presenciales, también se habilitó el uso del cyber, pero por el protocolo de distanciamiento solo se pueden usar 3 de las 10 máquinas disponibles. “Mucha gente viene también a usar las máquinas para imprimir una factura o algún recibo, y nosotros ofrecíamos ese servicio. A partir de marzo pudimos volver a utilizarlas”, afirmó.

Por otro lado, la bibliotecaria comentó que actualmente los libros siguen entrando en cuarentena, pero solo 4 días, dado que al principio era una semana entera. “No se pueden sanitizar para no dañar el libro, por eso los dejamos en un lugar aireado”, reveló.

“No hay tanta concurrencia como esperábamos”
La bibliotecaria Marilin Coronel aseguró que en la biblioteca no están recibiendo “la misma cantidad de socios que esperaban o las que la visitaban antes de la pandemia”.

“No hay tanta concurrencia como esperábamos. Como en los colegios no están recibiendo a muchos chicos entonces tampoco concurren a la biblioteca, pero si han venido a retirar los manuales o libros que le piden”, aseveró.

“Nos hubiera gustado abrir con anticipación, pero no dependía de nosotros. Igual los socios estaban contentos de poder vernos e intercambiar los libros. Fue una alegría volver a encontrarnos”, expresó.

La biblioteca cuenta con una cantidad de socios que comprende a los adultos y a los más pequeños, pero no a la franja adolescente. “Cuesta que se acerquen como socios la franja adolescente. Tenemos varios y viene muy seguido, pero siempre son los mismos”, relató.

“Siempre les decimos que nos pueden proponer ideas también para que nosotros podamos comprar nuevos libros. O realizar actividades para ellos. Es una franja que todavía no podemos dilucidar qué es lo que les atrae, mas allá de que vengan a estudiar por la escuela”, continuó.

“Empezamos a ofrecer un taller semanal con poca concurrencia, pero como están las cosas ahora estamos a la expectativa. Tenemos que ver también si la gente se anima a venir, porque nosotros podemos proponer un montón de cosas, pero después la gente puede no animarse. No queremos empezar a hacer mil cosas y después que nos vuelvan atrás”, finalizó.