El martes 20 en horas de la tarde, la Biblioteca Popular Manuel Belgrano conmemoró el 47° aniversario de su fundación en un marco impresionante dado por la presencia de más de cien personas que colmaron la sede de la entidad, en De las Medusas 1230.

Las actividades comenzaron temprano con la presentación de los volúmenes adquiridos en la reciente Feria del Libro para luego seguir con el desarrollo previsto, que desembocó en el acto central, que se produjo luego de que todos los presentes cantaran las estrofas del Himno Nacional.

La locutora Claudia Díaz fue la encargada de manejar los tiempos del acto luego de que la presidente de la institución, Mabel Cajal, diera la bienvenida a la concurrencia y liberara a la delegación de los Bomberos Voluntarios de Pinamar de estar en formación en el hipotético escenario.

Cajal informó que se habían adquirido 365 ejemplares dirigidos a todas las edades. Asimismo destacó al grupo de bibliotecarias que realizó la compra: Marilina Coronel, Graciela Manusia y la ex directora Rosalina Cardozo. Verónica Edwards y Laura Mansilla fueron las coordinadoras, mientras que Diego Fox fue el que puso el vehículo para el transporte de los nuevos libros. Fabiola Voghera, quien colaboró en la compra, también fue reconocida por su aporte.

La presidente leyó una nota de la secretaria, Stella Manusia, y otra de Rosalina Cardozo; ambas notas fueron de aliento y felicitación por la grata conmemoración.

Cajal recordó que la obra de Ana María Prestigiácomo proseguirá colgada en el espacio de arte de la entidad hasta el 28 de junio. Además, la fiesta contó con el apoyo de los talleres que se dictan en la biblioteca poniendo de relieve el papel preponderante del protagonismo de los alumnos de Ceremonial y Protocolo. Una de las asociadas, Norma Pedrotti, leyó una semblanza de la figura de Belgrano, que logró un encendido aplauso por parte de la concurrencia.

Acto seguido, otro asociado, Hugo Huergo, leyó una carta dirigida a Manuel Belgrano. Luego de recordar que en 2003 conoció la biblioteca, leyó el escrito donde en un tono coloquial le comunicaba al prócer la evolución y crecimiento de la institución que lleva su nombre.

Un joven italiano integrante del Taller de Lectores redactó una breve biografía acerca del creador de la Bandera. La obra fue leída por la licenciada Cristina Daniele.

Luego fue el turno de dos niños del Taller de Lectores, Juan Ignacio Ledo y Alfonsina Fressard, quienes leyeron el texto Belgrano hace Bandera y uno sobre la supuesta candidatura de un político inexistente. Bajo la dirección de la profesora Marcela Lescinkas, inspiraron ternura y arrancaron risas entre los presentes, dado el tono humorístico de los textos y la simpatía de los pequeños oradores.

Fue reconocido el lector más pequeño, Juan Ignacio Ledo; hubo una distinción para la lectora adolescente Ana María Belén Saturi y otra para la lectora adulta María Luisa Moscarelli. Los tres recibieron presentes y reconocimientos por su afición a la lectura.

Luego fue el turno de disfrutar del Coro de Valeria del Mar que, dirigido por Gerardo Papp, interpretó dos canciones: La nochera y La Oma. Nuestra música tuvo su continuidad en la coreografía que desplegaron integrantes del grupo de baile del Centro Cultural Orígenes. Una huella y La Soberana fueron las dos interpretaciones que antecedieron el brindis y el abrazo que simbólicamente le dio la comunidad a una institución que crece y se multiplica como polo educativo y claro exponente de nuestra cultura.

Ciclo Cine y literatura

La biblioteca Popular Manuel Belgrano continúa con el ciclo Cine y literatura. El jueves 29 de junio proyectará, a las 19, La lengua de las mariposas, película española de 1999, dirigida por José Luis Cuerda, basada en el relato homónimo de Manuel Rivas, del volumen ¿Qué me quieres, amor?

El filme trata sobre la relación de un niño y su maestro durante los meses previos al Alzamiento Nacional del 17 y el 18 de julio de 1936, que dio comienzo a la Guerra Civil Española.

Cálida y conmovedora, en la película se narra la cotidianidad de la Galicia rural de 1936. Moncho, el niño, se incorpora a la escuela con cierto temor, pero se encuentra con don Gregorio, un maestro que no es severo, sino preocupado porque sus alumnos adquieran conocimientos y valores. El alzamiento militar altera la vida en el pueblo y muestra los matices de cada personaje al enfrentarse al peligro y correr riesgos.