En las actas que reflejan lo ocurrido en la sesión Ordinaria del HCD en ocasión de aprobar la actualización del Código de Ordenamiento Urbano (COU) figurará por siempre que la norma se aprobó por mayoría, con ausencia de los concejales Lucas Ventoso y Juan José Dos Santos y la negativa del vecinalista Martín Viotti. Por fuera de esas actas, quedarán en la memoria de los que quieran interesarse los fundamentos de su decisión, que fuera publicada horas después en Facebook.

Al respecto, y luego de varios días de ocurrida la sesión, Viotti manifiesta: “La gran mayoría no reflejó la opinión de la gente. En un gran porcentaje fue más lo que opinaban, los que discutían el tema dentro del Concejo, algún que otro arquitecto y nada más. Tuvo la participación del CAAIP y del Colegio de Arquitectos y alguna que otra vez estuvo Pinamar S A. Esto viene de varios meses. En los últimos tres o cuatro se intensificó el COU porque era un objetivo que se había propuesto el Concejo, principalmente el arquitecto Augusto Urrizola a comienzos de año. Se venía trabajando pero no con la intensidad de estos dos meses. En ese proceso que tuvo idas y vueltas me pasó que en la calle de encontrarme con arquitectos o vecinos, maestros mayores de obra, ingenieros, gente que por ahí conoce el tema, gente que está relacionada con la comunidad, que conocen el día y a día y saben lo que no está pasando a nivel ambiental y nunca encontré a nadie en esos comentarios, fuera del ámbito del Concejo, que me dijera: ‘Bien, hace falta, háganlo’; al contrario. Todo el tiempo fueron críticas, como que tengamos cuidado, que no estaba la cuestión ambiental preparada. Me refiero a la planta depuradora; y es cierto, no está todo el partido conectado. Entonces, por qué avanzar en algunas cuestiones y ahí fue durante el tratamiento de las discusiones en las diferentes comisiones que yo propuse, una idea que no era mía, que en su momento era del concejal Alberto Germain, porque viene de esa época; él había propuesto que solamente se realice una modificación sobre la zona de Ostende, que es la localidad que está mal. En el tratamiento, ningún concejal (de nuestro bloque sí, pero del resto de los bloques ningún concejal) estaba dispuesto a tratar solamente Ostende sino que era una cuestión general. Esa idea no prosperó, se siguió avanzando y cada vez que se acercaba un momento de definiciones siempre aparecía algo para modificar. El proyecto se subió como tres o cuatro veces a sesión y se tuvo que bajar fruto de que no estaba chequeada la información 100% para quedarnos todo tranquilos de lo que se estaba votando. Nuestra asesora, la arquitecta Carla Caballero, inclusive el arquitecto Fabián Cambre, día a día iban constatando errores entre lo que decía el mapa y lo que se ponía en letra y en esas tres o cuatro veces se tuvo que bajar porque no se llegó a pasar toda esa información; incluso hoy todavía no estaba el 100% pasada, tal es así que en un momento, creo que fue Maxi Santini o Gregorio Estanga le pide un intento de dejarlo una semana más, a lo cual Augusto Urrizola dijo que de ninguna manera y subió así”.

Los usos y costumbres determinan que las sesiones sean una puesta en escena de lo que ya está convenido, de antemano, en las comisiones. La exposición pública, con el atractivo de la televisación, solo exalta las condiciones histriónicas de más de un legislador, por lo cual no hubo quien se solidarizara con Viotti, ni mucho menos.

El concejal vecinalista, con otra visión, justifica así su decisión: “Llegó un momento del tratamiento, que fue la última semana, que yo me abstraje porque no me gustó el mecanismo y es como que uno dice: ‘Me dedico a hacer otros temas’, y dejé que los concejales que estaban abocados y con toda la energía puesta en querer terminar el tema siguieran su curso; yo ya tenía definido lo que pensaba y sabía que no iba a cambiar la modalidad de trabajo así que diez días antes ya tenía definido mi voto”.