La historia de un rescate con final feliz

Los días del “mascotismo” irresponsable están llegando a su fin.

Cada día más gente se da cuenta de que el animal que nació libre debe seguir viviendo libre: que las jaulas no son el mejor lugar para un ave que nació en un nido en un árbol y conoció el cielo, que el animal que corrió por el suelo sin fronteras no debe ser confinado. Y los espíritus más prácticos han comenzado a saber que el significado de la palabra Zoonosis se refiere a las enfermedades y agentes nocivos que pueden ser transmitidos de los animales, generalmente silvestres, a las personas; que sobre los animales viven microorganismos que para ellos son inocuos pero para nosotros son perjudiciales, pueden causar dolencias y alergias de diversa índole.

Tanto por la primera razón como por la segunda, esta semana en la zona de humedales riquísimos en biodiversidad que se extienden del otro lado de la Ruta 11, se conjugaron las voluntades de unas cuantas personas para que un ave “perdida” en las calles céntricas de la localidad de Madariaga fuera rescatada, cuidada por unas horas y devuelta a su hábitat en una lagunita en el campo. Se trata de un Mirasol Chico, que es una de las garzas más pequeñas del mundo (mide unos 30cm y pesa 1kg) y habita en lagunas, esteros, ríos y charcas de agua dulce con abundante vegetación acuática, en especial, juncos. Se alimentan de peces, ranas, crustáceos e insectos que cazan con movimientos rápidos. Debe su nombre a que cuando se ve amenazado estira su cuello mirando al cielo y con el diseño rayado de su plumaje se mimetiza en el juncal.

Esta acción es un ejemplo de lo que se debe hacer. Quienes abogamos por los animales en libertad nos alegramos al conocer esta historia, que es un grano más de arena en pro de ir dejando atrás los tiempos de tramperas y jaulas, de tráfico ilegal de fauna, del sufrimiento del animal en cautiverio y de la puesta en peligro de la salud de quienes viven a diario en contacto con animales silvestres dentro de una casa, sin control veterinario de ninguna índole y desconociendo los riesgos.