Nuestra historia del turismo es reciente y comienza así...
El turismo en la Argentina tuvo un desarrollo tardío comparado con el de los países europeos. No fue posible, entre otras razones, por problemas de inseguridad interior, carencia de medios de transporte y alojamientos acordes con las necesidades de quienes emprenden un viaje, como así también a la falta de tiempo libre y recursos económicos en amplios estratos de la población.
La llegada de los españoles a estas tierras en el siglo XVI transformó totalmente las formas de vida de las comunidades originarias hasta hacerlas desaparecer. Luego tuvieron que transcurrir tres siglos para que el país volviera a poblarse. La situación de inestabilidad política debido a luchas civiles, guerras y ausencia de caminos y posadas no permitió la creación de las condiciones necesarias para el desplazamiento de personas sin fines utilitarios.Sin embargo no impidió la llegada de viajeros europeos deseosos de conocer el nuevo mundo.
Durante la época colonial las postas cumplían la importante labor de brindar hospedaje al viajero y caballos sin montura. Lo común era que cerca de la posta hubiera una pulpería perteneciente al mismo dueño donde se despachaban comestibles y aguardiente.
A comienzos de 1800 ya se cuenta con registros de pequeños hoteles en poblados importantes como la ciudad de Buenos Aires. También las casas de familias ofrecían alojamiento a compatriotas, y en las estancias argentinas se hacía alarde de la buena hospitalidad criolla.
LA \"BELLE ÉPOQUE\" EN LA ARGENTINA
En la década de 1850 se vislumbraron condiciones económicas, políticas y sociales para la transformación del país. La pampa húmeda sin indígenas y con una red ferroviaria construida de manera que facilitara la salida de productos por el puerto de Buenos Aires, permitió el rápido enriquecimiento de la sociedad porteña dueña de campos, iniciándose en la década del 80 lo que se dio en llamar la Belle Époque argentina y que duraría hasta la primera guerra mundial.
Esta nueva oligarquía se caracterizó por gastar sus cuantiosas fortunas en Europa, imitando a su regreso el estilo de vida de la aristocracia europea. Surgen así lujosas mansiones, clubes sociales exclusivos y una ciudad balnearia alejada de Buenos Aires, poblada con inmigrantes pobres, que les permitía realizar una intensa vida social: Mar del Plata, que al decir del sociólogo José Luis Sebreli es “la obra maestra del culto a la inutilidad, del ocio ostentoso”.
En consonancia con este estilo de vida, comienza a fin del siglo XIX la construcción de una hotelería de lujo en Argentina. Llegaban personalidades internacionales y Buenos aires carecía de una oferta de ese nivel. Ello llevó a que se inaugurara el Plaza Hotel y el Tigre Hotel en la década de 1910. Por otro lado, los argentinos descubren las sierras cordobesas motivados por turismo, salud y descanso. Surgen el Hotel Edén en La Falda y el Sierras Hotel en Alta Gracia.
El ferrocarril fue muy importante para esta época ya que no sólo dio impulso a diferentes localidades turísticas sino que construyó sus propios hoteles por intermedio de la Compañía de Hoteles Sud Americana. En 1911 el Club Hotel de Sierra de la Ventana fue el más lujoso y uno de los más grandes de Sud América. En 1880 el ferrocarril contaba con una red de vías en servicio de 2516 km. que cuadriplica en 1890 y llega a 29.000 km. en 1910. Su extensión tuvo una doble importancia para el turismo: hizo más cómodos y seguros los viajes y se ocupó de construir y administrar hoteles en lugares que carecían del equipamiento necesario para atraer corrientes turísticas.
El Automóvil Club Argentino ha colaborado desde sus inicios, en 1904, en el desarrollo de la hotelería nacional puesto que su primer objetivo fue incrementar el turismo en automóvil. Entre 1920 y 1930 por su iniciativa se comenzó a difundir la práctica del campamentismo y se publicó la primera guía de hoteles del país.
Los hoteles termales más antiguos datan de fin de siglo XIX en las provincias de Mendoza (Hotel Puente del Inca, Hotel Casino Termas de Cacheuta y Hotel Villavicencio), Salta (Hotel CasinoTermas Rosario de la Frontera), Jujuy (Hotel Casino Termas de Reyes). En Santiago del Estero surge el más importante centro termal del país: Termas de Río Hondo.
En la Patagonia se construye el primer hotel por iniciativa estatal, el Llao Llao, que tenía como misión convertirse en un polo de atracción para impulsar el desarrollo turístico patagónico. Fue inaugurado en 1938 en el Parque Nacional Nahuel Huapi.
En la próxima edición seguimos con “El turismo en Argentina después de la primera guerra mundial”.