La mujer pinamarense volvió a marchar

Bajo un clima hostil, unas 130 mujeres se unieron para mostrar su descontento y su alarma ante los femicidios y el incremento de casos de violencia de género.

En la desapacible tarde del sábado 3 de junio se llevó a cabo una nueva marcha y concentración bajo el lema de #Ni una menos. Las convocadas se concentraron en la intersección de la Avenida Bunge y Libertador para luego marchar, en perfecto orden, en dirección al espacio municipal de Bunge y Marco Polo, donde se realizó el acto central.

La periodista Mariela García Barbé fue la encargada de las presentaciones y las demandas iban a girar en torno a contar con un móvil para la Comisaría de la Mujer y la deseada Casa de abrigo, entre otras de no menor importancia.

Dentro del programa Vida sin violencia, se presentó una obra con actores locales, una voz de alerta en torno a los noviazgos violentos durante la adolescencia y que se usa como disparador en las escuelas, para generar el debate y la concientización.

La referente de Acompasar, Mónica López, fue la primera en hablarles a las presentes: “La violencia nos atañe a todos, atraviesa todas las casas y toda la sociedad. No importa que seamos 500 o que seamos una o que salgamos tres, porque una sola ya es un motivo. Aunque una sola salga a defender a otra, ya es un motivo importante, así que muchísimas gracias por estar acompañándonos en esta noche. […] Es importante que todas las mujeres sepan que estamos desde hace unos años y que no están solas”, dijo y recordó a “nuestras vecinas asesinadas”.

Fernanda Aguilar, por Mujeres por Pinamar, la sucedió en el uso de la palabra: “Yo la verdad es que voy a ser un poquito más fuerte… pero la verdad es quería verlas a todas acá, a más mujeres con carteles porque esta es una lucha nuestra, es una marcha de mujeres. Disculpen que me emocione es que no puedo entender todo lo que se originó por las redes, es un egoísmo tan grande que es lamentablemente producido por las mismas mujeres, esto tiene que servir para reflexionar para la próxima marcha, porque la marcha es de todas, la marcha es para #Ni una menos. Acá no importa quién organiza, acá lo que importa es que tenemos que estar todas acá porque la marcha es de las mujeres. Yo no puedo creer el egoísmo de las mismas mujeres que no se animaron a marchar hoy porque decían que esto estaba organizado por los políticos. ¿Y a quién le importa quién organiza la marcha? Mujeres, despierten, por favor, simplemente eso. Siento una tristeza enorme de no ver esta plaza llena de mujeres luchando por nuestros derechos y ¿saben lo que lograron? Callarlas. No vinieron a decir lo que tenían que decir”. Visiblemente emocionada, Aguilar bajó del escenario acompañada por los aplausos de las presentes.

Gladys Cabezas se sumó al encuentro, solidarizada con las mujeres pinamarenses: “Creo que las mujeres están locas, si pretenden ser iguales a los hombres, son bastante superiores y siempre lo han sido. Cualquier cosa que des a una mujer, ella lo hará mejor. Si le das esperma, te dará un hijo. Si le das una casa, te dará un hogar. Si le das alimento te hará una comida. Si le das una sonrisa, te dará su corazón. Engrandece y multiplica cualquier cosa que le des, esas son las mujeres”.

Luego fue el momento de Noelia Bavera, de Los chicos no mienten, quien muy emocionada tuvo que interrumpir su alocución.

Sheila Acosta, al dirigirse a la audiencia, señaló en uno de los párrafos más salientes de su alocución: “Es una responsabilidad nuestra cambiar, no permitir que sigan circulando estos mensajes, interpelarnos todos, al que ve el programa de Tinelli, al que ve que otro hombre está mandando por Whatsapp fotos de mujeres desnudas, que está contando como una hazaña que alguna vez fueron al Ben Amí o fueron a los cabarets que había en Madariaga. Hay que interpelarse, hay que cambiar todos estos mensajes”. Sheila Acosta les hizo un fuerte reclamo a las autoridades por la magra reacción ante la demanda de la problemática.

Eliana Vilches también hizo oír su reclamo por la casa de abrigo, entre otras consideraciones legítimas y que fueron de la aprobación de las presentes, que a esa altura de la noche rondaban las 80 personas.

Rosana López reflejó el caso de la mujer acosada sexual y laboralmente; sin estar integrada a ninguna institución, se expresó valientemente preguntándose por qué hay que esperar a que una mujer sea golpeada o muerta para proceder, por qué no se toman los recaudos para evitar que ocurra un nuevo femicidio.

“Por qué se tiene que esperar a qué pase o peor para reaccionar, a que alguien pierda la vida para que haya que reaccionar y decir basta. Yo he sido víctima de un acoso laboral y sexual. En su momento decidí no hacer la denuncia pero hablando con mis compañeras me di cuenta de que yo no había sido la única víctima sino que había varias a las que esta persona en algún momento las sometió. Fue ahí que decidí denunciar, al otro día me removieron de mi lugar de trabajo. Esa fue la respuesta a mi denuncia. La verdad es que da bronca que cuando una denuncia tiene que ser una la que pague las consecuencias”, dijo Rosana.

Marcela Urigh y Abigail Pérez, integrantes de Mujeres al Frente para la Victoria, cerraron la lista de oradoras.

“El femicidio es la forma más extrema de esa violencia que atraviesa todas las clases sociales, credos e ideologías: pero la palabra femicidio es, además, una categoría política, es la palabra que denuncia el modo en que la sociedad vuelve natural algo que no lo es: la violencia machista. Y la violencia machista es un tema de derechos humanos. Aunque la gran mayoría de las mujeres que recordamos aquí [acto] fueron asesinadas por hombres de su círculo íntimo, el femicidio no es un asunto privado. Es todo lo contrario, es producto de una violencia social y cultural que los discursos públicos y de los medios vuelven legítima, cada vez que alguien le dice puta a una mujer porque ejerce su sexualidad libremente, cada vez que alguien la juzga por las medidas de su cuerpo, cada vez que alguien la mira con sospecha porque no quiere tener hijos, cada vez que alguien pretende reducirla simplemente al lugar de la buena esposa o la buena madre, destinada a un varón. Entendemos que cuando en un país una mujer es asesinada cada 18 horas la Justicia y el poder gubernamental ampara al poder patriarcal. Por eso es que estamos reunidas y reclamamos acciones de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres”, dijo Urigh en el comienzo de lo que fue la presentación de un trabajo muy interesante en torno al tema convocante.

La Mesa de la Mujer del Concejo Deliberante y las instituciones abocadas a la problemática se encargaron de la organización de la conmemoración. No hubo representantas ni de Ejecutivo ni de legislativo que se manifestaran ante la queja por la falta de respuestas a las demandas.