La revolución del feminismo en la evolución social

Un análisis global del movimiento femenino en la historia como base para comprender la actualidad del fenómeno que ocurre con manifestaciones de todo tipo y en todo el mundo. El feminismo como revolución ideológica en conquista de una evolución social y económica.

Afirmar que evolucionamos como sociedad conlleva pensar que avanzamos como organización compleja y que, a la vez, al crecer la especialización y la profesionalización logramos vivir equilibradamente mejor. Ni el comunismo ni el capitalismo extremos han dado resultados positivos en ese sentido aún, la inequidad y desigualdad económico-social son materia vigente y las teorías cercanas a la utopía. Y en esta historia de la evolución y el entramado social es donde debemos enmarcar la lucha feminista para comprender mejor su relación intrínseca con los hombres y la organización, los procesos económicos, las creencias religiosas, etc. En principio, los hombres primitivos, actuando racionalmente se unieron para crear la ley y el gobierno. Esto dio paso a que los grupos humanos crearan las clases sociales, el sistema económico y las instituciones con la familia como organización doméstica a la cabeza. En las civilizaciones de bárbaros y salvajes, esta institución primaria se sostenía en base a la creencia en la inferioridad de la mujer (por su estructura física) y ya en la antigua Grecia estas creencias se ven perpetuadas y reproducidas también por la condición sexual diferente, condición que determina diferencias sociales aún en la actualidad. Este es el punto en común del profundo espíritu feminista. El feminismo como categoría general abarca una gran diversidad de teorías y de prácticas que resisten o enfrentan situaciones de inequidad o injusticia basadas en la diferencia sexual. A lo largo de la historia de los últimos 200 años es extensa la lista de mujeres feministas que han dejado su legado y mensaje en ese sentido. Algunas pioneras fueron Simone de Beauvoir (París, 1908-1986), pensadora y novelista francesa, figura importante en la reivindicación de los derechos de la mujer; Virginia Woolf (1882-1941) escritora, editora, feminista y cuentista británica, considerada una de las más destacadas figuras del modernismo literario del siglo XX. En Argentina fueron muchas las antecesoras que aportaron a esta causa, una de ellas fue Julia Magdalena Ángela Lanteri (1873-1932), conocida como Julieta Lanteri, médica (en un contexto donde la carrera era prohibida a las mujeres), política y feminista ítalo-argentina, precursora del voto femenino y la participación de la mujer en las listas políticas. Lanteri, entre otras cosas, delineó el camino del logro obtenido por Eva Duarte de Perón cuando en 1947 impulsa y obtiene la ley de sufragio femenino en nuestro país. Hoy, luego de todos los derechos conquistados durante el siglo XX, las luchas de las mujeres continúan apuntando a la persistencia de la discriminación en los márgenes económicos y sociales del capitalismo globalizado. El feminismo histórico, más que una nómina de logros adquiridos, puede convertirse en una herramienta para pensar críticamente el presente. Las manifestaciones feministas hoy, más o menos criteriosas, más o menos excesivas, lejos de un análisis de juicio, están escribiendo nuevos capítulos en la historia de nuestro país y el mundo. El reciente “tetazo” en Argentina es necesario analizarlo dentro de un contexto de movimientos feministas que toman el rol social de actor político, recordando como precedente que meses antes hablábamos de la prohibición de amamantar en la vía pública con la consecuente manifestación feminista y sin olvidar que, cada día, sigue muriendo una mujer en Argentina, producto de la violencia machista. Viendo el todo como parte de un proceso profundo que se gestó en la historia, en la actualidad se destacan dos rasgos del feminismo: la institucionalidad y su diversificación teórica, aunque sigue habiendo desproporción entre las conquistas formales y las prácticas reales: la mutilación femenina está ya prohibida en Nigeria y otros países de África, pero las prácticas siguen vigentes; en Argentina tenemos la Ley 26.485, amplia y contenedora, para erradicar la violencia hacia las mujeres, pero no se asigna presupuesto para su aplicación rigurosa; tan solo algunos ejemplos. El feminismo propone una revolución ideológica que se extiende por el mundo en conquista de la igualdad social y económica.