La solidaridad se materializó a través de las redes sociales

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz

La colecta anual de Cáritas, que se llevó a cabo el fin de semana pasado, ya no sólo apela al corazón de la sociedad para reunir ayuda destinada a las familias que atraviesan el difícil trance de una creciente situación de pobreza, potenciada por las consecuencias sanitarias y sociales del coronavirus.

Toca a las puertas de los gobernantes, tanto en el país como en el concierto de las naciones.

En Argentina, tanto el Poder Ejecutivo como el Congreso Nacional fueron informados por la organización de la Iglesia Católica y la Universidad Católica Argentina (UCA) que, según un estudio conjunto, el pobre multidimensional, es decir el que lo es por ingresos y por carencias, representa el 41,9% de la población urbana. De modo que reclamó la aplicación de políticas sociales ajustadas a esa realidad.

Paralelamente, Caritas Internationalis hizo un llamamiento a los jefes de Estado de los países más ricos del planeta: Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Canadá e Italia, integrantes del G-7, que se encontraban reunidos en la comarca de Cornualle, en Inglaterra, a fin de celebrar una cumbre, para que sea anulada la deuda de los países pobres y reinvertir esos fondos en la recuperación de la pandemia causada por Covid-19 y en la lucha contra el cambio climático.

Su secretario general, Aloysius John, firmó la nota entregada a los mandatarios en la que señala que “el Covid-19 ha puesto bajo la lupa las injusticias sociales rampantes en el mundo actual: eliminarlas debe ser la única forma de reconstruir el futuro”.

Justamente, en aras de mirar hacia el mañana y combatir la desigualdad en la educación a fin de atacar la pobreza multidimensional estructural en que está sumida la cuarta parte de la población, el sentido que le ha dado Cáritas a la colecta de este año es asegurar, además del sustento alimenticio, la oportunidad inclusiva del acceso a la educación.

En 2020, unos 3.000.000 de personas fueron alcanzados con ayuda material. Para ello la entidad movilizó a más de 32.000 voluntarios que conforman 3.500 equipos de trabajo en todo el país, cuya misión y servicio es estar junto a las personas necesitadas, generando vínculos fraternos, favoreciendo la cultura del trabajo, la solidaridad y el bien común.

El 26 de agosto, Día de la Solidaridad, se sabrá el número final de lo recaudado, que en 2020 fue de $126.165.558; se aplica a sostener programas de ayuda inmediata y de promoción humana que Cáritas desarrolla durante todo el año, relacionados con microemprendimientos productivos y de autoconsumo, capacitación laboral, planes de inclusión educativa, abordaje pastoral y comunitario de las adicciones, cuidado de la primera infancia, formación en ciudadanía, centros comunitarios de atención integral, jardines maternales, entre otros.

La implementación se realiza a través de más de 3.500 comunidades en las 66 diócesis del país.

El presidente de Cáritas Argentina, monseñor Carlos Tissera, dijo que “la pandemia ha puesto a millones de familias argentinas en una situación dramática, al agravar de modo significativo las difíciles condiciones que ya enfrentaban. Esta situación requirió de un notable esfuerzo de coordinación y logístico, para llevar atención material y contención espiritual a los argentinos más necesitados”.

En Pinamar, la colecta no se hizo visible en las clásicas alcancías, como en anteriores oportunidades, porque ante el confinamiento dispuesto por las autoridades los organizadores centraron la campaña de recaudación en las redes sociales.

Tampoco la mayor parte de las actividades presenciales, como bautismos, comuniones, confirmaciones, pudo normalizarse y se está reprogramando.