Los derechos humanos no se toman vacaciones

En torno a la figura de Ana Frank y la dictadura militar, se montó una exposición en el Hotel del Bosque, donde se hicieron comparaciones entre ambos procesos genocidas.

Dentro del bagaje propio de esta temporada quedará el recuerdo vívido de la muestra doble exhibida en el Hotel del Bosque: Ana Frank, una historia vigente y De la dictadura a la democracia, atravesada por la doctrina de los derechos humanos.

La organización corrió por cuenta del Centro Ana Frank Argentina en forma conjunta con la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense y la Secretaría de Educación municipal y se extendió hasta el 11 de febrero. El Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, 27 de enero, se concretó la inauguración.

Quienes asistieron pudieron recorrer los banner que informaban quién fue Ana Frank, la niña que vivió escondida en una casa de Holanda y que escribió un diario personal que hoy es todo un símbolo mundial, por la vida que llevó y su triste final en un campo de concentración. Este año con la particularidad del 70° aniversario de la primera publicación del Diario de Ana Frank.

Una de las guías, Victoria Vera, señaló que trabaja en el centro y que la muestra presentada en Pinamar es itinerante y basada en la muestra central que se exhibe de forma permanente en Buenos Aires.

“En este caso estamos con la muestra exhibida en Pinamar durante dos semanas y lo que se hace en la muestra es trabajar el contenido del nazismo, el de la última dictadura militar en Argentina y lo que es la actualidad; se hace esa comparación de esos tres momentos, siempre con el eje transversal de los derechos humanos. Se puede decir que la respuesta de la gente fue bastante positiva, lógicamente el ser una ciudad balnearia juega un poco en contra porque hay otras actividades o recreaciones que hay para aprovechar pero la verdad que la respuesta de la gente fue muy buena, se quedaron muy conmovidos, muchos chicos interesados con el diario y por ende con la muestra. Así que fue más de lo que nos podíamos imaginar inclusive”.

La experiencia de quienes guían a los visitantes por la muestra los hace coincidir en que se trata de hechos trascendentes de la historia, con mucha información circulando, lo que da como resultado un conocimiento previo que facilita el intercambio.

Victoria, tras ser consultada acerca de la pregunta más frecuente, fija su posición: “Siempre está esta cuestión puntual del denunciante, es una de las dudas más comunes, como si cambiara la historia en ese punto, que en mi opinión no lo hace, pero entiendo esa intriga de cerrar la historia; de hecho hay una película que tiene una versión de un empleado delator, pero son versiones que circulan para darle un cierre a eso que en realidad no lo tiene”.

Javier Guevara trabajó como voluntario y valora que sean jóvenes muchos de quienes concurren a la muestra como una forma de aprendizaje, en alusión al interés demostrado, en comparación con los adultos que ya conocen la historia a través del tiempo.

Javier plantea paralelismos entre la Alemania nazi y el Proceso militar, donde no se comparan los gobiernos sino la metodología empleada: “Por ejemplo, los frenos que se les ponían a los partidos políticos y los gremios, que ya no se permitían, la creación de los campos de exterminio, tanto como los centros clandestinos de detención en nuestro país. En los paneles se comparan quemas de libros, tanto en Córdoba como en Buenos Aires como en Berlín, o –por ejemplo– los mecanismos de propaganda para tapar ciertos aspectos, como el Mundial del 78 y los Juegos Olímpicos en Berlín. La verdad, se trata de una experiencia transformadora”.