Luminarias y pluviales, en la mira

Desde el área específica se trabaja en estos dos aspectos, preocupantes y que desde siempre fueron motivo de queja de los contribuyentes. Mientras el reclamo por las luminarias va en descenso, se estudia una norma que regule el manejo del agua por parte de los particulares en relación con la lluvia.

El secretario de Servicios Públicos, ingeniero Javier Mendia, dio detalles de los cambios operados en la administración de horas extra. La idea es respetar un orden y por consiguiente hacer de la previsibilidad una norma que evite administrar mal los recursos y la mano de obra del personal.

–¿Cómo se organiza el trabajo, la asignación de horas extra?
–Cada área entrega la programación semanal de su trabajo y, como es inevitable, como suele haber ajustes o correcciones durante la semana, también corrigen y esto nos permite controlar. Por ejemplo: “Hoy, lunes, la gente de viales está en Tritones y Simbad el Marino; entonces, vamos para allá”. También tenemos el sistema de control satelital para controlar por dónde andan los camiones. El tema es estar ahí y ver lo que están haciendo.

–¿Se plantea el dilema entre lo inmediato y urgente y el trabajo planificado?
–A nosotros nos llueven pedidos, expedientes, reclamos de todos los colores y de todas las áreas de la Municipalidad, y el desafío es atender eso de la manera más eficiente posible, unir por un lado todo lo que es la demanda de nuestro servicio y por otro lado armar una programación para que se logre hacer eso con la menor cantidad de recursos posible, sea máquina, horas hombre, etc. A pesar de que nos redujeron bastante las horas extra, no se notó tanto en la calle porque, primero, veníamos con la ciudad bastante ordenada, pero aparte porque esto nos permite que, por ejemplo, cuando hay un programa especial de horas extra para algo, como poda en ochavas en un sector de Cariló, entonces se asignen específicamente a eso.

–¿Perciben una mejora sustancial?
–En algún momento llegamos a tener 2200 reclamos pendientes y en este momento estamos en menos de 400. Alumbrado Público llegó a tener 1200 reclamos pendientes y en este momento tiene 20 y, además, hay que agregar que ya colocamos 1900 artefactos a led, reemplazando a los anteriores. En Alumbrado teníamos algunos reclamos muy antiguos que no los hacíamos porque era mucho trabajo, podían ser varios días de trabajo de un equipo por un solo reclamo. Entonces, eso lo iban pateando para adelante. Entonces, eso también lo hicimos, y ahora estamos más o menos a 48 horas de plazo desde que se efectúa el reclamo y la resolución en Alumbrado, en el cual hubo incorporación de equipos. El año pasado se incorporaron dos hidroelevadores, con lo cual se pudo hacer mucho más eficiente la tarea.

–Otro frente de acción es donde se plantean problemas con los pluviales. ¿Cómo va este proceso?
–El tema luminarias: uno va, verifica cuál es el problema y en general se arregla. El tema pluviales: uno se para en la esquina, ve el charco, para dónde va el agua, cómo está perfilada la calle y hay veces que eso requiere un relevamiento de las interferencias, o sea, qué cañerías tienen Telpin, la CALP, Proagas, en ese sector porque si vamos a meter máquina no es cuestión de meter y romper la estructura existente. Entonces, eso nos obliga a pedir interferencias, ir a cada cooperativa, luego ir a cada uno de esos lugares a buscarlas.

Los reclamos pluviales llevan un relevamiento inicial para ver que está pasando, una nivelación; después, elaborar un proyecto, pedir las interferencias y, una vez ahí, estamos en condiciones de encarar el trabajo. Entonces, a veces hay cuestiones que nos llevan uno o dos meses de preparación y luego hay que hacerlo. Supervisar para ver si era lo previsto y recién darlo por concluido. O notificar al vecino sobre lo que pidió y no se pudo hacer.

–¿Existen todavía lugares clave, problemas crónicos que no se hayan solucionado?
–En el programa que denominamos Reconstrucción de calles hay varias cuencas que desaparecieron, las resolvimos, normalmente con un mix de modificar el perfilado de la calle, de abovedada a darle inclinación hacia un lado donde hay un dren; a veces hay que modificar la altimetría de toda una cuadra, rellenar 20 ó 30 cm para poder permitir el escurrimiento o si no también están las que requieren obras de tipo civil, como boca de tormenta, cañería, pozo, zanja que normalmente se manejan desde Obras Públicas. Se contrataron ingenieros en hidráulica para ese fin. Hay muchísimas que falta resolver. Hay nuevas cuencas que se generan cuando nosotros estamos utilizando en muchos casos lotes privados donde mandamos el agua de la calle porque el lote no lo usa nadie; cuando viene el dueño y decide construir, se nos acabó la fácil y ahí tenemos que empezar a resolver dónde mandamos esa agua.

–¿Un ejemplo es Cariló?
–Sí. Donde están los drenes en la parte central de la Avenida Divisadero. Hay un dren muy grande en Calandria y Avellano; gran parte del agua del centro comercial va a parar ahí. Con el tiempo eso se fue profundizando y se tornó peligroso y por lo tanto hemos hecho para esa plaza y para la plaza Tokio la compra del alambrado perimetral y se va a hacer un cerco de protección para evitar que alguien pueda caerse dentro del pozo. Esto es infinito. Tenemos el tema de la arena en la Avenida del Mar, donde hay mucho mantenimiento por hacer y donde no vamos a esperar a octubre o noviembre, porque después no alcanza el tiempo ni las máquinas. Estamos trabajando sobre las pasarelas que juntaron arena debajo…

–¿Cuánto tiempo tarda en quedar semi tapada por la arena una pasarela?
–Depende de las sudestadas; en una fuerte, con dos días alcanza. Por todos los frentes se sigue avanzando.