Marcela Uhrig: “Yo vivo de mi trabajo”

Lo que a nivel nacional tiene una lectura negativa, a nivel local tiene otras connotaciones. Unidad Ciudadana no ganó en el país pero en Pinamar le dio presencia al peronismo, luego de una década de experiencias fallidas.

Es otro de los nuevos rostros de la política, que llega de la mano de una variante del justicialismo y, a la luz de los resultados del domingo, a acceder a una banca del Concejo Deliberante local.

Es Marcela Uhrig, una docente de vocación, con militancia sindical, formada en la dura realidad de La Matanza, que tendrá que lidiar con proyectos, cuartos intermedios y sesiones interminables y pensar en su casa, en su vida hogareña.

Poco a poco los plazos se acortan y la docente piensa en cómo aprovechar el tiempo que falta para que entre en funciones. Quiere dedicarle tiempo, y hasta barajó la posibilidad de pedir una licencia sin goce de haberes pero admite, se sincera cuando dice: “La verdad, no me puedo dar ese lujo”. Pero por otro lado es la vicedirectora de su escuela y sabe que no es una responsabilidad menor, ya que es una gran responsabilidad conducir una escuela, aunque admite: “Por suerte tengo compañeras que se pusieron la escuela al hombro, pero igualmente tengo ganas de volver”.

Como otros ganadores, es como que aún no se ha dado cuenta del triunfo pero dice que la conmueve: “El día lunes fue de mucha emoción porque, la verdad, recibí el apoyo y los saludos de la familia y de muchos amigos. Yo hice la mitad de mi carrera en La Matanza, así que ahí dejé muchos afectos; ellos me llamaron y me dieron el apoyo y la felicitación. […] Durante la campaña le explicamos a la gente que somos un espacio político conformado por muchas personas, que tenemos un proyecto de país, de ciudad, inclusivo, que cuide los recursos económicos y naturales y todo nuestro trabajo va a estar en esa dirección y los cuatro concejales vamos a trabajar muy bien, en conjunto”.

La inminente concejal prestigia a su equipo, no solo al bloque y a los cuatro legisladores, sino también al equipo técnico, donde “además, hay mucha gente en el espacio de Unidad Ciudadana que por ahí no fue candidato o que no fue tan expuesto su trabajo, sin embargo nos están apoyando con muchas ganas de sumarse al trabajo cotidiano. Viene una etapa muy importante ahora: vamos a pensar en los asesores y vamos a tener reuniones de equipos técnicos; tenemos abogados, arquitectos, ingenieros, gente que está con este proyecto de país y que se quiere sumar voluntariamente”.

En lo inmediato aparece en el horizonte uno de los grandes temas a resolver por este Concejo o por la futura conformación: se trata del presupuesto 2018.

“Lo que no queremos es un aumento desmedido de tasas. Hoy ya escuchaba en algunos medios que había una proyección de pedir un aumento del 40% en las tasas, incluso en el presupuesto nacional se proyectó un 18% de inflación para el año 2018. A esta esa medida estaríamos dispuestos pero me parece que un 40% es mucho. Igualmente hay que analizar el proyecto, ver en qué se gastó en el 2017. Queremos un Estado que sea eficiente, que cuide el dinero de la gente y sobre todo que cuide al ciudadano, que le preste buenos servicios y que nos cuide, que no sean desmedidos los impuestos. Nosotros nos proponemos tener un Concejo de puertas abiertas porque es fundamental que cada ciudadano tenga la posibilidad de acercarse, y vamos a tener que generar porque no está instalado en los vecinos venir a hablar con los concejales. A veces hay ideas muy buenas pero no está el hábito de acercarse. Vamos a tener que generar ese vínculo yendo primero nosotros a los barrios y, además, tenemos el local nuestro de Unidad Ciudadana, que está abierto todo el año”, aspira.

Hasta aquí, parte de los deseos de Uhrig tiene rasgos propios de otras circunstancias similares. Atender a la gente, estar cerca de las instituciones que nuclean voluntades en los barrios, de las sociedades de fomento y de todas las entidades que se agrupan de alguna manera para representar a un colectivo de gente forman parte del bagaje de ilusiones son el denominador común; falta el transcurso del tiempo para poder cerciorarnos de si la docente ha podido sustraerse al entorno, que no siempre deja ver con claridad lo que ocurre en el partido, lo que le pasa a la gente.