Mariano Gil e invitados, en La Albúfera

El conocido artista participará de la oferta musical de esta temporada con un ciclo donde vuelven a ponerse de manifiesto su virtuosismo y la amplitud de su discernimiento musical.

Acaba de concluir un año de particular importancia para los guitarristas pinamarenses, dado que varios de ellos cruzaron las fronteras de nuestro país para llevar su arte no solo a los países limítrofes sino también a otros, del Viejo Continente. En este sentido, Mariano Gil no fue la excepción, ya que su constante búsqueda lo llevó a Europa y a experimentar otras variantes de su música.

–¿Cómo podemos definir el año, su balance?
–Fue un año movido y con mucha actividad en la música y también en la guitarra. En el 2018 arrancamos con todo porque estamos en plena producción del ciclo Natural, acústico, que va por su tercera edición y que este verano se va a realizar en La Albúfera, que es un lugar muy lindo, en Rivadavia y De las Artes. Se trata de un espectáculo de conciertos que tiene por característica que son formatos acústicos y pequeños; siempre son solistas, dúos, tríos, quizás algún cuarteto.

Esto dio comienzo ayer, jueves 4, donde me presenté con el formato solo set y con invitados, como Nicolás Pisiati y Beto Fischer en guitarra y saxo, respectivamente. Esto tiene continuación el jueves 11, que vamos a estar con Luvi Torres con una música excelente de Buenos Aires y que nos ha visitado en la edición 2016 de Pinamar a Cuerda. Viene Luvi con su repertorio de canciones de autoría propia con raíces folclóricas y latinoamericanas. Yo voy a tocar solo y vamos a compartir alguna música juntos. El ciclo continúa el jueves 18 con la presencia de Daiana Ojeda y Moreno Silva Nascimento, que es un músico brasilero: ambos van a tocar canciones de Daiana y también van a hacer algo de música brasilera. Y cerramos el ciclo con El puente, que es un grupo que ya tiene varios años pero que no tocamos desde hace casi dos; así que hacemos el regreso de El puente con Lucas Galán y Sebastian Igartúa y tendremos también algún músico invitado haciendo temas de mi autoría y también algunos de los clásicos, como Libertango, Salvador, alguno de Gismonti. Todo esto en guitarra, vientos y percusión africana.

–¿No tenés un género de preferencia, no? ¿Lo tuyo es lo diverso?
–Prefiero eso. No, en realidad sí es verdad eso, que sobre todo los últimos años he encontrado otras vertientes y también me parece que encontré como una manera de abordar el instrumento, que me ha llevado a interpretar otras músicas, pero dentro de esa manera.

Fue también una sorpresa para mí, digamos, como una incertidumbre de cómo iba a impactar un repertorio nuevo de música completamente distinta a la gente que de pronto iba a los conciertos y esperaba escuchar tango, y fue muy bien. Es algo que al artista le preocupa pero tampoco le tiene que preocupar tanto. Uno tiene que entender lo que quiere hacer en cada momento, con qué género y con qué música se siente más identificado y desarrollar eso, y en eso estoy. Encontré como una manera diferente de sentir la música a través del instrumento, buscando otras afinaciones y otros ritmos, y a partir de eso es como surge El puente, mis composiciones y el disco Travesía. También en ese mismo marco entra lo que hacemos con Viviana Giannaki, la cantante griega, y es un poco esa búsqueda. También con Luvi Torres estamos preparando algunas canciones a dúo que también tienen algo de esa estética, y fue como un click que me hizo con el instrumento, y a partir de ese cambio me permití abordar otros estilos pero desde ese lugar siempre.

–¿A qué género todavía no te le animás?
–Justo ahora que tengo de visita a mi cuñada española, toqué una composición mía que tiene una especie de aire español, porque hay una parte en la que hago chasquear las cuerdas y trato de imitar un zapateo.

El flamenco es un género que he estudiado en algún momento pero no abordo el tradicional porque me parece algo muy complejo y no he encontrado el tiempo para poder estudiarlo en profundidad. Pero me permito tomar elementos y hacer cosas que tengan un aire.

Y hay cosas a las que no me les animo, pero sí me interesa tomar elementos y volcarlos hacia las cosas que compongo y arreglo.